Shedeur Sanders: Su Caída y el Peso del Apellido Sanders
Hace unos meses, se hablaba de Shedeur Sanders y Cam Ward como los primeros picks en el Draft NFL 2025… Cuando el Draft arrancó el jueves 24 de abril en Green Bay, Wisconsin, había expectativas de escuchar el nombre de Shedeur en algún momento de la noche. El quarterback de Colorado, con números de élite y un carisma que ilumina estadios, era el prospecto que prometía cambiar la narrativa de una clase de quarterbacks sin un claro favorito. Pero la noche pasó, las rondas avanzaron, y el silencio fue ensordecedor. Shedeur no solo cayó del primer round; se desplomó hasta el tercer día del draft, aún sin equipo al cierre de la tercera ronda. ¿Qué demonios pasó? ¿Cómo un talento proyectado como top 5 acabó en este limbo? Spoiler: la sombra de Deion Sanders, el talento de Shedeur y el despiadado escrutinio de la NFL tienen MUCHO que ver.
De la Cima a la Nada: La Caída de Shedeur
Hace apenas unos meses, Shedeur Sanders era el nombre en boca de todos. En 2024, el QB de Colorado lanzó para 4,134 yardas, 37 touchdowns y un 74% de pases completos, liderando a los Buffaloes a un récord de 9-4 en la Big 12. Ganó el premio al Jugador Ofensivo del Año de la conferencia y el Johnny Unitas Golden Arm Award, poniendo su nombre junto a leyendas del College como Jayden Daniels. Analistas como Mel Kiper Jr. lo veían como un pick seguro en el top 10, con algunos mock drafts colocándolo tan alto como el número 2 con los Cleveland Browns. Su precisión quirúrgica, su calma bajo presión y su capacidad para liderar ofensivas en situaciones clutch lo hacían un candidato ideal para equipos necesitados de un QB franquicia, como los Titans, Giants o Steelers.
Pero el draft no miente, y la realidad pegó con todo… El jueves, Cam Ward se fue como el pick número 1 con Tennessee, y Jaxson Dart sorprendió al ser elegido por los Giants en el pick 25. Shedeur, mientras tanto, veía cómo equipos con necesidades claras en la posición de quarterback (Saints, Steelers, Browns) optaban por linieros, defensivos o incluso otros QBs menos cotizados. El viernes fue aún más cruel: Tyler Shough, Jalen Milroe y Dillon Gabriel fueron seleccionados en las rondas 2 y 3, dejando a Sanders como el sexto QB en el tablero, una humillación para un prospecto de su calibre. Al cierre de la tercera ronda, 102 selecciones habían pasado sin que su nombre fuera llamado.
Ysilacaídanofuerasuficiente,lasestadísticasdeldespreciosonbrutales.ShedeurnofueelprimerjugadordeColoradoenserdrafteado(esehonorselollevó Travis).Nofueelprimer,segundo,tercero,cuarto y nisiquieraquintoquarterbackseleccionado.NofueelprimerSandersenescucharsunombre(TJSandersseadelantó).Nisiquierafueelprimer“nepobaby”eneldraft,conMasonTayloryaenlalista.Yentrebromas,lapreguntaquecirculaes:¿seráShedeurelprimerhijodeDeionenserdrafteado,oShilo,suhermano,leganarálacarreraenelDía3?
El Factor Deion: ¿Maldición o Bendición?
Si hay un elefante en la habitación, ese es Deion Sanders. “Coach Prime” es una figura polarizante, un ícono del fútbol americano cuya presencia trasciende el deporte. Como padre y entrenador de Shedeur, Deion ha sido su mayor defensor, pero también su mayor controversia. Desde que Shedeur brilló en Jackson State y luego en Colorado, siempre bajo la tutela de su padre, las críticas han sido inevitables. Algunos ven a Deion como un genio que maximizó el talento de su hijo; otros, como una sombra que ahoga su desarrollo y genera recelo en la NFL.
Antes del draft, Deion hizo olas con comentarios que no cayeron bien en los círculos de la liga. Habló de “ciudades” donde no quería que Shedeur jugara, sugirió que podía influir en su destino y hasta llamó “haters” a analistas que cuestionaban el juego de su hijo. Estas declaraciones, sumadas a su personalidad magnética y su constante presencia mediática, alimentaron una narrativa: que Shedeur no es solo un QB, sino un paquete que incluye a Deion. Un ex gerente general de la NFL, citado por The Athletic, lo dijo sin rodeos: “Los equipos quieren un QB que sea hijo de un coach, pero tal vez no el hijo de Deion”. La percepción es que Deion podría ser un padre entrometido, una distracción en el vestidor o incluso un riesgo para la dinámica de un equipo.
Y luego está el tema de la exposición. Shedeur creció con cámaras de reality shows, patrocinios de NIL y una vida de celebridad. Su celebración característica, mostrando su reloj para recordarle al mundo que “es rico”, no es precisamente humilde. Para algunos GMs, esto cruza la línea de la confianza a la arrogancia. Un scout anónimo le dijo a ESPN que la “fama” de Shedeur genera incomodidad, especialmente cuando su “tape” no muestra el talento explosivo de un Caleb Williams. En una liga donde los QBs son juzgados tanto por su carácter como por su brazo, el apellido Sanders parece haber jugado en contra.
¿Qué Falló en el Campo?
No todo es culpa de Deion o del drama mediático. En el campo, Shedeur tiene defectos que los scouts no pasaron por alto. Aunque su precisión es élite (81.8% en porcentaje de pases completos ajustado, tercer mejor en FBS en 2024), su profundidad promedio de pase (8.1 yardas) está en el rango bajo, lo que sugiere que depende mucho de pases cortos. Su fuerza de brazo es “ligeramente por encima del promedio”, según CBS Sports, y no tiene la movilidad atlética de un Jayden Daniels o un Lamar Jackson. Además, su tendencia a retener el balón demasiado tiempo lo llevó a ser el QB más presionado en FBS en 2023 (197 veces), aunque mejoró en 2024 gracias a una mejor línea ofensiva.
Su decisión de no participar en el NFL Combine ni en el Senior Bowl también generó cuestionamientos. Los equipos querían verlo competir, medir su atletismo y evaluar su actitud en persona. Al quedarse al margen, dejó que las dudas crecieran. Como dijo un asistente de la NFL a CBS Sports: “No es tan bueno como dicen”. En un draft donde los QBs no eran de élite, Shedeur pagó caro no ser el prospecto más “seguro”.
Lo Que Sigue: ¿Redención o Suplencia?
Hoy, sábado 26 de abril, el Día 3 del draft será el momento de la verdad. Equipos como los New York Jets, Las Vegas Raiders o Los Angeles Rams, que aún buscan profundidad en la posición de QB, podrían darle una oportunidad a Shedeur en la cuarta ronda o más adelante. Sin embargo, con cinco QBs ya seleccionados, es probable que termine como suplente en algún equipo, un escenario impensable hace meses. Algunos han especulado con un regreso al fútbol universitario, pero las reglas de la NCAA lo hacen inviable una vez que se declara para el draft.
Shedeur, fiel a su carácter, no se ha rendido. En un video compartido por su hermano Shilo, dijo: “Estamos de buen ánimo. Dios no comete errores. Tengo fe en Él”. En X, escribió: “Gracias a Dios por TODO”, mostrando una madurez que contrasta con la frustración de su familia. Su hermano Deion Jr. retuiteó críticas a los Giants por elegir a Dart, y Shilo bromeó diciendo “si a ti te está pasando esto, ¿qué pasará conmigo?”. De cualquier modo, Shedeur parece estar listo para convertir este desprecio en motivación.
Si algo nos ha enseñado la NFL, es que el draft no define una carrera. Tom Brady fue un pick 199. Russell Wilson, una tercera ronda; Kirk Cousins y Dak Prescott fueron cuartas rondas; Brock Purdy fue Mr. Irrelevant y Kurt Warner ni siquiera fue drafteado. Shedeur tiene las herramientas para ser un titular en la liga, pero necesitará el sistema correcto (uno que priorice pases rápidos y protección) y un coach con personalidad para lidiar con su fama. Como dijo Mel Kiper Jr., “Vendrá motivado, más que nunca”. La pregunta es: ¿podrá transformar este golpe en una historia de redención?
El Veredicto
La caída de Shedeur Sanders se ha robado los reflectores del Draft 2025 y, siendo sinceros, esto ha sido entretenimiento puro. De un prospecto top 5 a quedarse esperando hasta el Día 3… ¿Qué está pasaandaaaaaa? ¿Es Deion, con su vibra de rockstar, el que tiene a los equipos dudando? ¿O es Shedeur, que no termina de convencer? En X, hay quienes tienen una teoría: que si la NFL lo quiere humillar, que si no es para tanto. Esto no es solo una historia, es la historia a seguir. Mientras Shedeur espera su turno, el poeta y filósofo Marco Antonio nos plantea la pregunta: “¿A dónde vamos a parar?”.