Los Cowboys tocaron fondo… ¿dónde está el problema real?
Una vez más, Dallas fue derrotado en casa, esta vez ante los Houston Texans en el Monday Night Football de la Semana 11 de la Temporada NFL 2024. Con ello, los Cowboys caen a marca de 3-7 y las sensaciones son que ya nada puede ser peor, que la franquicia ha tocado fondo y que desde aquí lo único que pueden hacer es volver a construir. ¿Qué necesita el equipo para volver a ser competitivo? Te lo contamos en Primero y Diez.
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Los Cowboys tocan fondo, ¿dónde está el problema real?
Exhibición de verguenza contra los Texans
El mal augurio se hizo sentir ayer por la noche desde el simple momento en el que los Cowboys querían abrir el techo de su estadio, pero este empezó a caerse a pedazos, ¿ese debería ser el fondo, cierto? ¿Ese hoyo del cual un equipo busca salir con inmediatez? No fue así para Dallas, quienes permitieron que los Texans se dieran un paseo de campo en el AT&T Stadium, en especial el RB Joe Mixon, quien los vacunó con 20 acarreos para 109 yardas y tres anotaciones; un festín.
Incluso, en una noche en la que el QB C.J. Stroud no se vio fino, con 23 de 34 envíos completos para 257 yardas, 0 TD y 1 INT, esos números fueron suficientes para que Houston ganara por 24 puntos, y para que Dallas siga siendo el único equipo de la presente campaña que no ha ganado en calidad de local; es simplemente una verguenza para los fans, quienes día a día se preguntan cuál es el verdadero problema con este equipo. Sin duda, requieren empezar de cero.
Nadie lanza, nadie corre, nadie tacklea
El primer problema es claro: el QB Dak Prescott se perderá el resto del año, y el QB Cooper Rush no es ninguna respuesta: completó 32 de 55 envíos para 354 yardas, 1 TD y 1 INT, además de un balón suelto que se convirtió en seis puntos inmediatos para los Texans; asimismo, su anotación se la debe agradecer a la velocidad de Kavontae Turpin, y no más. Vaya, tampoco es que Rush sea una desgracia como, ejem, Mac Jones en Jacksonville, pero no es la solución del problema.
Entonces, en una temporada más que perdida, donde el nivel de juego está más cercano al de los Giants, que al de Eagles y Commanders en la NFC East, por qué no usar al joven Trey Lance para descubrir qué tienen en él, en lugar de a un Rush con techo limitado. La respuesta es fácil: Lance sería lanzado a los lobos porque en esta ofensiva, todo jugador que de nombre no lleve CeeDee Lamb, quien aportó 93 yardas contra los Texans, aporta de poco a incluso nada.
Si Rush se vio obligado a lanzar en 55 ocasiones, es porque el ataque terrestre es inexistente. El RB Rico Dowdle lideró los acarreos con 28 yardas en 10 toques; Deuce Vaughn lo acompañó con 13 yardas en cuatro intentos, y el flamante Ezekiel Elliott colaboró con ocho yardas por tierra; con ese funcionamiento, se dan el lujo de tener a Dalvin Cook en el escuadrón de prácticas; lo que este equipo pudo haber sido si hacían el esfuerzo mínimo de firmar a Derrick Henry…
Asimismo, la línea ofensiva es un fiasco, permitiendo que capturaran cinco veces a Rush, que tuvo que correr por su vida prácticamente todo el partido; la principal amenaza aérea fue el DE Danielle Hunter con dos sacks, acompañado por uno más tanto de Denico Autry, como de Derek Barnett (quien causó el fumble y lo llevó a las diagonales) y Tim Settle Jr. Entonces, el primer problema de Dallas es obvio: el armado del equipo fue deficiente para 2024. ¿Cuál es el trasfondo?
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Mike McCarthy está en sus últimas…
El HC Mike McCarthy está en sus últimas, y el claro ejemplo de desesperación por hacer algo que le salve el empleo llegó tan pronto como en el primer periodo, cuando abajo 7-0 en la pizarra, con menos de cinco minutos jugados en el reloj inicial, mandó una jugada truco en la que el P Bryan Anger completó un envío de cutro yardas con Juanyeh Thomas; el problema es que necesitaban nueve para mover las cadenas, por lo que le devolvieron el ovoide a Houston en su propio campo; esas son jugadas que manda un entrenador en jefe que sabe que su trabajo está en riesgo.
Al final, los números de temporada regular, a día de este artículo, son decentes para McCarthy: 45 partidos ganados y 32 perdidos, y tampoco puede exigírsele mucho sin su quarterback estrella. No obstante, esos no son los estándares de una franquicia que, bajo este mismo mandato, tienen una marca de 1-3 en postemporada; McCarthy no tiene contrato actual para 2025 y, todo aficionado lo sabe, sería sumamente extraño que reciba uno para la campaña entrante. Sus días en Dallas, para la felicidad de los fans del equipo, están contados.
Jerry Jones, al menos, debe dejar de ser gerente general
El armado del equipo y un mal entrenador en jefe, usualmente son problemas del gerente general, y cuando este último no funciona, entonces ya puede ser señalado el propietario. En Dallas estas cosas son distintas, porque el dueño, Jerry Jones, simultáneamente es el general manager, y ese es el punto erróneo, donde toda la catástrofe se origina.
Muchos fans creen que el día en que Jones suelte al equipo, todo mejorará. En verdad podría ser distinto: nadie niega que Jones es un gran dueño en el tema económico y marketing, que ha hecho de la franquicia la más valiosa de la NFL, pero el problema es que esa experiencia no se traslada al producto que lanzan al campo; realmente todo se solucionará el día en que su ego deje de ser tan elevado y asuma que firmar a un general manager resolvería gradualmente esta problemática
Hasta entonces, aficionados de los Cowboys, tienen a un equipo que ya no luce como el de antes, aquel que daba temor de enfrentar porque eran claros contendientes al Super Bowl. Ahora, todo el mundo sabe que son débiles, que ganarles es sencillo, y que, semana a semana, seguirán siendo una burla: agradézcanle a su propietario, que se ha encargado de enviarlos al fondo más oscuro que se les ha visto quizá, desde 1989, cuando concluyeron 1-15 en la primera campaña de Jones como dueño.
¿Cuál es el problema real con estos Cowboys? ¿Cómo pueden mejorar para 2025? Te leemos en los comentarios debajo de este artículo y en nuestras redes sociales.
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