Caleb Williams y los Bears: ¿Hacia dónde van tras el despido de Shane Waldron?
La situación en Chicago ha vuelto a tomar un giro complicado. La reciente decisión de los Chicago Bears de despedir a su coordinador ofensivo, Shane Waldron, deja muchas preguntas abiertas sobre el desarrollo del QB Caleb Williams, el talentoso quarterback ex de USC que fue seleccionado en el Draft 2024. En teoría, Williams representa la promesa de una nueva era, pero las inconsistencias dentro de la organización y los cambios en el personal podrían complicar las cosas.
La apuesta de traer a Waldron inicialmente parecía acertada. Venía de un esquema de éxito en Seattle y ofrecía una mentalidad ofensiva que, en papel, era perfecta para maximizar el talento de un jugador como Caleb Williams. Sin embargo, el sistema nunca encontró cohesión, y el equipo, ahora en medio de una temporada llena de decepciones, tomó la decisión de cambiar de rumbo. Pero, ¿este despido es realmente una solución o un nuevo síntoma de un equipo sin dirección?
¿Por qué Caleb Williams encajaba en el sistema de Waldron (o viceversa)?
Caleb Williams es un talento explosivo, un quarterback capaz de extender jugadas y lanzar pases arriesgados con bastante precisión. Su estilo dinámico y su capacidad para jugar bajo presión lo hacían ideal para un sistema que aprovechara la versatilidad y creatividad de un QB con movilidad y confianza en su brazo. El esquema ofensivo de Waldron, diseñado para el tipo de improvisación y creatividad que Williams aporta, tenía potencial en teoría. Waldron había construido una ofensiva adaptable alrededor de quarterbacks como Russell Wilson y Geno Smith en Seattle, y el ajuste parecía ideal.
Con Waldron fuera, el equipo enfrenta la difícil tarea de buscar a alguien que sepa aprovechar al máximo el talento de Williams, y que además esté alineado con la visión a largo plazo de la organización.
La constante inestabilidad de los Bears y su impacto en el desarrollo de jugadores como Caleb Williams
Uno de los problemas más persistentes de los Bears en la última década ha sido su inestabilidad en la ofensiva. Desde el cambio constante de quarterbacks hasta la rotación de coordinadores y entrenadores, el equipo no ha logrado una continuidad. Esta falta de estructura ha afectado a los talentos jóvenes, que entran en una organización sin un plan claro y con expectativas poco realistas de cambio inmediato.
Caleb Williams tiene el potencial de convertirse en una estrella, pero necesita tiempo, estructura y consistencia en el cuerpo de coaches. Si los Bears no logran establecer un sistema estable para él, corren el riesgo de repetir los mismos errores del pasado: darle demasiado peso a una sola persona para “salvar” a la franquicia sin armar primero una estructura sólida a su alrededor.
Personalmente, yo siempre he pensado que, para tener éxito como quarterback en la NFL, debes poder jugar bien DENTRO DE LA ESTRUCTURA DEL JUEGO. Las jugadas increíbles a las que nos han acostumbrado Lamar Jackson, Josh Allen, Patrick Mahomes y otros, únicamente son recursos cuando las cosas no salen como se pensaron. No puedes vivir como quarterback huyendo de pass rushers de manera constante. Es una receta para el desastre.
Una línea de tiempo de decisiones cuestionables
El “dilema Patrick Mahomes” expone una verdad incómoda: el problema de los Bears va más allá de un solo quarterback, un solo coordinador o incluso una temporada mala. Es un problema sistémico, arraigado en una cadena de decisiones cuestionables que han marcado la historia reciente de la franquicia. Repasemos algunos de los puntos clave que reflejan esta tendencia:
- Despido de Lovie Smith después de una temporada de 10-6 (2012): Lovie Smith fue despedido tras una temporada ganadora (10-6), lo que parecía una decisión apresurada para un entrenador que había llevado al equipo al Super Bowl en 2006. Su salida marcó el comienzo de una serie de cambios inestables en la dirección.
- Contratación de Marc Trestman en lugar de Bruce Arians (2013): En lugar de contratar a Bruce Arians, los Bears eligieron a Marc Trestman, un entrenador sin experiencia reciente en la NFL. Arians tuvo éxito inmediato con los Arizona Cardinals, mientras que Trestman fue despedido tras dos temporadas sin brillo.
- Extensión de contrato a Jay Cutler por siete Años (2013): A pesar de las críticas, los Bears extendieron a Jay Cutler con un contrato de siete años y $126 millones al terminar la temporada 2013. Cutler nunca alcanzó el nivel esperado, y la decisión ató al equipo a un contrato costoso, limitando su flexibilidad financiera.
- Elección de Ryan Pace sobre Chris Ballard como gerente general (2015): Los Bears eligieron a Ryan Pace sobre Chris Ballard, un ejecutivo respetado en la liga que más tarde fue a los Colts. Pace tomó decisiones cuestionables, como la selección de Mitch Trubisky, mientras Ballard consolidó una base sólida en Indianápolis.
- Subir en el Draft para elegir a Mitch Trubisky (2017): En el draft de 2017, los Bears subieron un puesto para seleccionar a Mitch Trubisky, pasando de largo a Patrick Mahomes y Deshaun Watson. La decisión fue criticada ampliamente, y Trubisky nunca logró alcanzar el nivel de los mencionados.
- Mantener a John Fox después de la selección de Trubisky (2017): En lugar de reemplazar a John Fox tras la selección de Trubisky, los Bears lo mantuvieron, limitando el desarrollo de su mariscal al no proporcionarle un entorno ofensivo desde el inicio.
- Retener a Trubisky después del tercer Año y firmar a Nick Foles (2020): En lugar de pasar la página tras el tercer año de Trubisky, los Bears intercambiaron por Nick Foles, generando incertidumbre en la posición de quarterback y sumando una carga financiera adicional sin resolver la inestabilidad.
- Permitir a Matt Nagy y Ryan Pace seleccionar otro QB (2021): A pesar de estar en la cuerda floja, Nagy y Pace seleccionaron a Justin Fields en el draft, poniendo a un quarterback en un equipo sin estabilidad en la dirección, tanto a nivel gerencial como técnico.
- Contratar a Bill Polian, de 79 años, para dirigir la búsqueda de un nuevo Head Coach (2022): La elección de Bill Polian, un veterano de 79 años, para dirigir la búsqueda de un nuevo entrenador fue criticada por su falta de enfoque moderno. La contratación reflejó una desconexión entre la organización y las necesidades actuales del equipo.
- Contratar a un entrenador defensivo con un QB en Desarrollo (2022): A pesar de tener a Justin Fields, los Bears optaron por contratar a Matt Eberflus, un entrenador defensivo, generando dudas sobre su capacidad para desarrollar a un QB joven en un entorno ofensivo.
- No despedir a Eberflus tras un segundo año problemático (2024): En lugar de despedir a Eberflus para reiniciar con un nuevo quarterback (Caleb Williams), los Bears optaron por mantenerlo, perpetuando un ciclo de decisiones que no parecen abordar los problemas estructurales del equipo. Por si esto fuera poco, en los últimos catorce meses, ocho miembros del staff de coacheo de Eberflus han renunciado o sido despedidos. ¿El único que se mantiene desde el inicio? El coach de línea ofensiva…
¿Dónde se rompe el ciclo?
Con cada cambio de entrenador, de coordinador y de estrategia, los Bears intentan “arreglar lo que está roto”, pero el ciclo parece perpetuarse. Lo que debería ser un proyecto a largo plazo para desarrollar el talento de un quarterback joven se convierte en una seguidilla de decisiones reactivas que complican la situación. Cada despido y contratación trae una nueva promesa, pero el impacto real ha resultado ser mínimo.
En algún momento, la organización debe enfrentar la realidad de que no se trata de seleccionar al “Elegido” en el Draft, sino de construir un sistema que pueda aprovechar el talento que traen estos jugadores. En otras palabras, no es el jugador el que necesita cambiar, es la organización.
¿Es Chicago un lugar donde el talento puede florecer?
Caleb Williams tiene el potencial de ser un quarterback que transforme una franquicia, pero su éxito depende tanto del sistema que lo rodea como de su propio talento. Sin cambios fundamentales en la estructura organizacional, en la estabilidad del grupo de entrenadores y en la visión a largo plazo de los Bears, la teoría de que “Mahomes habría fallado aquí también” no suena tan descabellada. Para que Chicago se convierta en un equipo donde los jugadores puedan florecer, debe dejar de buscar a un salvador individual y empezar a construir un entorno donde el talento no solo pueda sobrevivir, sino prosperar.
En última instancia, si la franquicia no logra romper con este patrón de decisiones inadecuadas, los aficionados seguirán esperando que “el próximo” sea la respuesta, mientras los Bears se hunden en la misma espiral de frustración y mediocridad.
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