La política en la cancha: Nick Bosa, la gorra MAGA y el límite de la libertad de expresión en la NFL
Justo al momento de mayor rating del Sunday Night Football de la Semana 8, al final del partido, cuando jugadores y coaches se saludan mientras los periodistas obtienen las primeras impresiones post-juego, en el punto en que los ojos no solo de todo un país, sino del mundo de NFL estaban sobre el quarterback Brock Purdy siendo entrevistado en cadena nacional, su compañero en los San Francisco 49ers, el estelar linebacker, Nick Bosa, se robó el momento al irrumpir frente a las cámaras luciendo una gorra que, una vez más, pone a prueba los límites de la libertad de expresión en esta liga.
La gorra en cuestión lucía en letras doradas el eslogan Make America Great Again (también reducido popularmente al acrónimo MAGA), que encabeza la plataforma de Donald Trump, expresidente estadounidense y actual contendiente al mismo puesto por el partido Republicano, asociado con una agenda conservadora y de derechas en el espectro del análisis político de dicho país.
A menos de diez días de la elección presidencial en los Estados Unidos, en medio de una campaña electoral polarizada entre candidatos y sus seguidores, lo hecho por Bosa plantea preguntas sobre la libertad de expresión en la NFL y el impacto de tales gestos en la dinámica de los equipos. La liga, que en el discurso de cara al público busca proyectar una imagen apolítica, se enfrenta nuevamente a esa pregunta fundamental: ¿dónde está el límite entre las creencias individuales de los jugadores y la unidad de equipo en un deporte colaborativo?
La libertad de expresión y sus límites en la NFL
La NFL tiene un historial, por decir lo menos, complicado, cuando se trata de expresiones políticas de sus jugadores. En teoría, todos los jugadores tienen derecho a expresar sus opiniones, pero la liga ha adoptado una postura cautelosa respecto a manifestaciones en el ámbito público.
Dicha postura busca proteger la popularidad del producto y generar la menor cantidad de fricciones entre la más grande más diversa base de seguidores en los deportes norteamericanos. Aunque Bosa hizo su aparición inesperada en un contexto aparentemente casual y festivo, la coyuntura importa: el juego fue ante los Dallas Cowboys, el equipo más popular, mediático y valioso de toda la liga. Los ojos del mundo estaban ahí, y el acto representó, de alguna manera, una declaración política en nombre del equipo, lo que inevitablemente da espacio a interpretaciones y críticas.
La controversia de Nick Bosa también subraya una pregunta importante sobre la libertad de expresión dentro de la NFL: ¿cuándo un mensaje personal se vuelve una declaración pública de la franquicia? Y más allá: ¿qué sucede cuando los compañeros de equipo tienen opiniones opuestas? La NFL permite algunas manifestaciones políticas, pero la liga y sus equipos suelen preferir la discreción en temas divisorios, especialmente aquellos que pueden provocar incomodidad y tensiones entre compañeros de roster.
El impacto en la dinámica interna del equipo
Según el informe de Diversidad e Inclusión de la NFL de 2023, aproximadamente el 66.7% de los jugadores de la NFL se identifican como pertenecientes a minorías en Estados Unidos. De este porcentaje, alrededor del 53.5% son jugadores afroamericanos, representando el grupo racial más grande en la liga, mientras que el porcentaje restante incluye a jugadores de origen isleño del Pacífico, asiático e hispano.
Esta diversidad entre los jugadores refleja una tendencia en la NFL, que ha trabajado en crear oportunidades para una mayor representación de minorías en las posiciones tanto de jugadores como de entrenadores. Sin embargo, la representación en roles de liderazgo, como entrenadores en jefe y puestos gerenciales, ha mostrado un ritmo de cambio más lento.
Equipos como los 49ers, con un roster diverso, pueden ver una tensión cuando uno de sus miembros prominentes hace una declaración pública tan contundente. En este sentido, Bill Walsh, legendario entrenador de San Francisco, fue pionero en la creación de un ambiente exclusivamente enfocado en el deporte. Walsh creía firmemente en mantener el enfoque de sus jugadores en el fútbol americano y solía decir que “cuando estamos juntos, somos un equipo de fútbol americano, y hablaremos de fútbol americano”.
Walsh incluso implementó la regla no escrita de abstenerse de discusiones políticas o religiosas en el vestuario, al considerar que estos temas solo podían dividir al equipo. Algunos informes sugieren que Walsh incluso amenazaba con cambiar de equipo a cualquier jugador que trajera estos temas al entorno de los 49ers. Su enfoque era claro: si los jugadores se concentraban en un objetivo común, había menos espacio para conflictos internos.
Esta política de “solo fútbol americano” de Walsh sigue siendo relevante hoy en día, especialmente en un equipo con una estructura y valores similares a los de los 49ers. En el contexto actual de un equipo de alto perfil como San Francisco, donde los jugadores pueden tener diversos antecedentes y puntos de vista, tales declaraciones políticas corren el riesgo de alienar a compañeros y de sembrar incomodidad en el vestuario.
Tolerancia de la NFL hacia posturas conservadoras
En la práctica, la NFL ha mostrado una tolerancia mayor hacia manifestaciones políticas conservadoras. Aproximadamente 85% de las contribuciones políticas de los propietarios de equipos de la NFL han sido dirigidas a candidatos republicanos y conservadores, incluido un apoyo considerable hacia Donald Trump en 2016 y 2020. Este sesgo se evidencia en la respuesta de la liga a manifestaciones de jugadores: mientras que protestas liberales como la de Colin Kaepernick en 2016 generaron reacciones adversas y, en última instancia, su salida de la liga, expresiones políticas conservadoras como la de Bosa han recibido respuestas menos críticas desde la liga misma.
Muchos dueños y altos ejecutivos de la NFL comparten posturas y valores similares con una gran parte de su base de aficionados. Esto crea un ambiente donde las posturas conservadoras tienden a ser más aceptadas y donde la presión contra las manifestaciones liberales puede ser mayor
Separar al jugador de la persona: ¿es posible?
Si bien algunos aficionados logran diferenciar entre el desempeño de un jugador y sus opiniones políticas, otros pueden sentirse incómodos apoyando a alguien cuyas creencias difieren profundamente de las suyas. En una era donde la identidad pública y privada de los jugadores están tan entrelazadas, resulta cada vez más difícil para los equipos y los aficionados separar al atleta de la persona, como en el caso de Nick Bosa.
Para muchos, el deporte es una escapatoria de la política y las tensiones del mundo. Sin embargo, en una realidad actual en que las redes sociales y el alcance mediático de los atletas es más amplio, las opiniones personales ya no pueden mantenerse completamente aisladas de su imagen pública. En este sentido, la aparición de Bosa con la gorra MAGA invita a la reflexión sobre el papel de los jugadores como figuras públicas, y sobre si es posible o deseable separar sus opiniones políticas del desempeño en el campo.
El gesto de Nick Bosa destaca cómo la política y la libertad de expresión están inevitablemente entrelazadas en el deporte. Con las elecciones presidenciales de Estados Unidos a pocos días de realizarse, es probable que las manifestaciones políticas se vuelvan más frecuentes y desafiantes tanto para los equipos como para los seguidores. La NFL, que intenta equilibrar la neutralidad institucional con la libertad de expresión de sus jugadores, enfrentará nuevos cuestionamientos de los aficionados que buscan claridad sobre los límites de la política en el deporte.
¿Qué opinas de separar al atleta de la persona como ahora en el caso de Nick Bosa? ¿Qué piensas del manejo de la libertad de expresión en la NFL y lo que hizo Nick Bosa? Puedes dejarnos tus comentarios debajo de este artículo o a través de nuestras publicaciones en redes sociales.
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