El efecto de Lamar Jackson en el Draft NFL 2023
El Draft NFL 2023 ya es esta semana y finalmente, podríamos conocer el final de una las novelas principales de esta offseason entre el QB Lamar Jackson y los Baltimore Ravens. El resto de la NFL sabe que el desenlace de este dramón traerá consigo un gran efecto dominó en sus procesos de selección.
Como el aleteo de una mariposa, el efecto de la situación que se vive podría ser incontenible. Desde ver un frenesí por QB en primera ronda o incluso ver el surgimiento de un nuevo contendiente este año por la llegada del MVP de 2019. Este artículo tratará de explicar la caja de Pandora que puede ser esto.
El efecto dominó en el resto de la NFL
Varios equipos que echaron un ojo en alguno de los QB proyectado en la primera ronda del Draft y tal vez los más necesitados sean:
- Panthers (selección 1 global)
- Colts (selección 4 global)
- Texans (selección 2 global)
- Lions (selección 6 global)
- Seahawks (selección 5 global)
- Titans (selección 11 global)
- Buccaneers (selección 19 global)
Ninguno hizo obvio su deseo de traer a Lamar Jackson, pero si lo hicieran podrían condicionar el evento. Por otro lado, equipos como Panthers o Texans podrían elegir un joven prospecto mucho más barato sin tener que sacrificar nada: muy distinto a los demás casos.
La llave para el caos la tienen los Colts, que eligen en el número 4 global este año. De su decisión de ir o no por el polifacético QB, depende el resto de los enlistados arriba; es decir, si eligen ir por el veterano, dejarían caer un QB top más abajo, y al alcance de otros en necesidad; si deciden resistir, podrían obligar a los demás a replantearse el desinterés exhibido por Jackson.
Como vemos, es una olla a presión, y para ciertos equipos, como Tampa Bay, que no se ven tan confiados de iniciar una reconstrucción total, la oportunidad podría ser más tentadora con la desesperación de ver que ninguna opción decente cae hasta su lugar.
¿Qué pasaría con el nuevo equipo de Lamar Jackson?
De darse la movida, el nuevo equipo del QB sería considerado contendiente al Super Bowl inmediatamente. Es notable el historial de lesiones recientes de Jackson, pero tampoco podemos ignorar que Baltimore ha sido criticado por sus propios jugadores por tener el peor personal médico de la liga.
Obviamente, las expectativas serían altísimas, y siempre existirá el temor de emular la experiencia de Russell Wilson con los Broncos, pero tampoco se puede ignorar que no fue el único culpable del desastre de su equipo el año pasado, a tal grado que ni siquiera retuvieron el staff de entrenadores de esa temporada anterior.
Dejando eso de lado, Jackson da una dimensión adicional a cualquier ataque. Si bien es cierto que sus estadísticas aún no arrojan una temporada de 4 000 o más yardas por aire, ha tenido dos temporadas de 1 000 o más yardas por tierra (al menos 695 yardas por campaña), en el mismo período de tiempo.
Tan solo imaginen un equipo con corredores dominantes añadiendo a Jackson, como podría ser el caso de Tennessee o Seattle: las posibilidades son aterradoras para cualquier coordinador defensivo. La incertidumbre de cómo atacarían cada serie sería abrumadora.
Lamar Jackson and RGIII running the option together in Baltimore 👀
(via @NFL)pic.twitter.com/qZnRTPO13r
— ESPN (@espn) November 10, 2019
Entonces, ¿por qué todavía nadie se anima a intentarlo con Jackson? Respuesta: la constante presión de los Ravens y las exigencias contractuales del QB, así como su negativa a negociar a través de un representante.
¿Qué consecuencias traería a los Ravens?
Recordemos que el intercambio le daría ventaja a Baltimore, ya que primero debe perder una puja por su QB. Sin embargo, estos últimos meses tienen la certeza que puede permitirse emparejar cualquier oferta por su QB con el espacio salarial por ellos generado.
Ahora bien, imaginemos por un instante que un valiente se anima a ofertar por Jackson, y no solo eso, también gana la subasta. Por supuesto, esto pondría a los Ravens en una pésima situación; a pesar de que quieren mostrar su mejor cara de póker, en el fondo saben lo duro que sería perderlo.
Sin ir muy lejos, apenas en días pasados le permitieron a Jackson reclutar al WR Odell Beckham Jr. quien ahora solo quiere jugar con él. Y en retrospectiva, sus relaciones con los QB primerizos, como Baker Mayfield, no son nada positivas. Inclinarse por la opción del novato este año, solamente parece un plan alterno muy lejano, y tener que recurrir a él, no parece un final satisfactorio para la franquicia.
No obstante, y teniendo que hacer esto, es lógico que busquen un perfil similar para no modificar mucho su ataque. La mejor elección sería el QB Anthony Richardson de Florida; el prospecto además es el QB más joven de esta generación, con apenas 20 años. Sus habilidades están algo verdes, pero recuerda mucho a Jackson saliendo de Louisville:
"You could have a QB who throws the ball better than Lamar Jackson and runs better than Josh Allen."
– @dannykanell sees limitless upside in Anthony Richardsonpic.twitter.com/w231IWgDpC
— NFL on CBS 🏈 (@NFLonCBS) April 21, 2023
Por consiguiente, parece normal que imiten el camino que tuvieron con él hace unos años. La ventaja sería que ya tienen una mayor claridad de los obstáculos que habría, y deberían manejarlo mejor. Y con la defensiva que poseen, tal vez nos sorprendan.
¿Cómo creen que afectaría la llegada de Lamar Jackson a otro equipo en el Draft NFL 2023? ¿Quién saldría ganando? Pueden dejarnos sus comentarios debajo de este artículo o a través de nuestras publicaciones en redes sociales.
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