Carta personal a Damar Hamlin
Querido Damar:
Han sido días difíciles desde que te vi por última vez. Pero hoy, mientras luchas por tu vida, sentí la necesidad de escribirte esta carta, un poco debido a que no tengo idea de cómo sacarme esta sensación de vacío que has dejado en mí. Tengo la mente hecha un nudo mientras mi corazón está lleno de tristeza y culpa. Culpa porque he reflexionado lo estúpido que he sido al tantas veces pedirle a los jugadores de mi equipo que se “maten” en la cancha, que lo den todo, que dejen cuerpo y alma por defender los colores.
Jamás pensé que ver a alguien hacer precisamente eso iba a provocar un sentimiento de desesperanza tan profundo. Mientras peleas por tu vida, miles de personas se han unido para mandarte su amor, oraciones y hasta dinero para tu fundación. Imagino, que es nuestra forma de disculparnos contigo y con todos los deportistas de los que nos beneficiamos con apuestas, juegos y con los que tantas veces sacamos nuestras frustraciones desde un sillón frente a la televisión.
Damar, no entiendo como algo que amo tanto me puede estar doliendo así. Hoy los récords, las anotaciones, los campeonatos parecen tan insignificantes ante mi necesidad de saber que estás bien, que has despertado y que regresaste con tu familia.
Entiendo que, para algunos, puede ser ridículo tener este tipo de sentimientos por una persona que no conozco, pero es imposible para mí el ser empático contigo; que deseas tanto como yo ver a los Bills en lo más alto, ver a tus compañeros levantar el trofeo de campeón y mostrarle al mundo lo maravillosa que es esta franquicia. Nunca imaginé que la primera vez que iba a ver a Buffalo en las portadas de periódicos de circulación nacional en México fuera por una situación tan descorazonadora.
Maldita sea la hora en la que Vince Lombardi dijo “Ganar no lo es todo, es lo único”, porque gracias a esa frase gente con carencias emocionales hoy cree que su Fantasy es más importante, que su quiniela vale más que la vida de un jugador porque les pagan mucho por hacerlo o que, al final, el equipo que levante el trofeo es el único que merece ser recordado.
Estos Bills, así como los Bengals, para mí ya son los mejores equipos que he visto en mi vida. La mejor decisión que he visto tomar a Sean McDermott y Zac Taylor como head coaches de Salón de la Fama ya la hicieron. La mejor ruta que han corrido Stefon Diggs y Tee Higgins la corrieron al llegar al hospital para verte. Nunca Mitch Morse protegerá a alguien como lo hizo al consolar a Tre’Davious White. Nunca un abrazo entre quarterbacks será más valioso en mi vida que el de Josh Allen y Joe Burrow en el centro del campo el lunes por la noche.
Estas cosas han dejado una huella imborrable en mi corazón como aficionado de los Bills de Buffalo, a quienes me uno en pensamiento y oraciones para que, en un futuro, Damar Hamlin se presente en el estadio, lo ovacionemos desde cualquier rincón del planeta en el que estemos, y todos juntos nos demos ese abrazo reconfortante de saber que nuestro jugador está bien, porque les juro que ninguna victoria en ningún Super Bowl se va a sentir tan bien como ese momento.
Gracias, Damar, porque lo que te ocurrió me permitió conocerte más como persona que como jugador de NFL, ojalá nunca se me vuelva a olvidar que eso es lo más importante y que, antes de fijarme en el número o color del jersey, me interese más por los seres humanos que cada domingo me hacen tan feliz.
Atentamente:
Carlos Gorozpe
Comments (3)
Hector Moreno
Excelente reflexión estimado Carlos, sin palabras. Go Bills!!
Mónika Pérez Flores
Qué sentimientos tan bellos y nunca mejor expresados. También me siento así entre insensible y sensibilizada!! Gracias Goroz! También espero con ansias ver a Damar Hamlin en el campo y desde acá ovacionarlo, darle las gracias y ofrecerle una disculpa!!
Jorge López Malfavón
Charly de verdad son palabras muy profundas que nos hacen reflexionar la importancia de la vida antes de cualquier espectáculo o deporte…. Y por supuesto elevamos oraciones para la pronta recuperación de DAMAR HAMLIN 🙏