Jim Irsay, dueño de los Indianapolis Colts (en primer plano) y Jeff Saturday (al fondo) head coach del equipo.

Con Jeff Saturday, Irsay busca el “tanking” de sus Colts – Café Lombardi

En 1997 Jim Irsay tomó el mando de los Indianapolis Colts tras una dura disputa legal con quien fuera la viuda de su padre. A pesar de los despropósitos, Irsay heredó un equipo competitivo entrenado por Lindy Infante, con Jim Harbaugh jugando de QB y Marshall Faulk de RB. En 1995 el equipo jugó la final de conferencia y se quedó a tan solo de completar un Hail Mary de jugar el Súper Bowl. En 1996 llegaron a la postemporada, aunque fueron eliminados en la ronda de comodines 

El subibaja de los Colts con Jim Irsay

Las cosas en 1997, a pesar de las altas expectativas generadas, se torcieron de mala manera con un inicio de campaña desastroso y que continuó durante buena parte del año. Cuando todo apuntaba a que el 0-11 estaba casi garantizado con la visita al RCA Dome de los entonces campeones, Green Bay Packers, los Colts dieron la sorpresa de la temporada al imponerse por 41-38. Los Colts terminaron la temporada 3-13, el peor registro y les dio la primera elección del Draft colegial del año siguiente.

Entonces, Jim Irsay, con total control de la franquicia, despide a Lindy Infante y al gerente general Bill Tobin para reemplazarlos con Jim Mora y Bill Polian. Su siguiente decisión fue la más sencilla de su entonces corta carrera, elegir con la primera elección del Draft a Peyton Manning.

2011: acusaciones de tanking y el #Suck4Luck

En 2011 el escenario inicial de Indianapolis fue muy diferente al anterior que acabamos de describir. Los Colts desde 2002 no conocían lo que suponía tener una temporada perdedora y su media habitual de victorias era de 12,11 partidos, con registros incluso de 13 y 14 victorias, una perenne clasificación a la post temporada y dos presencias en el Súper Bowl, ganando una. En 2010, el equipo terminó con un registro de 10-6 y presencia en la postemporada.

La temporada 2011 empezó con Kerry Collins de pasador para reemplazar a un lesionado Manning que esa post temporada renovó su contrato y poco después se operó del cuello. Anticipar su regreso fue imposible, y de hecho nunca estuvo en la Injury Reserve: los Colts lo desactivaban para los partidos. Tras la lesión de Collins llegó el turno del desconocido Curtis Painter, y remató la temporada Dan Orlovsky, más conocido por ser el pasador que jugó en los Detroit Lions de 2008, los del registro de 0-16. 

Las acusaciones y sospechas de tanking no cesaron aquella temporada. El hashtag “#Suck4Luck” fue el leitmotiv de la temporada, con varios equipos implicados en la pelea por ser el peor equipo con el fin de garantizarse la primera elección del draft colegial. Por primera vez se habló sin tapujos del elefante en la habitación, el tanking, con mucha más razones ahora que el nuevo convenio colectivo fijaba los salarios de los novatos y no había el riesgo de una mala elección en la parte económica (los casos de Ryan Leaf o JaMarcus Russell no se podrían repetir). 

Los Colts terminaron con el peor registro, 2-14, con sospechas de perder de forma deliberada y las negaciones habituales: ¿Cómo Bill Polian y Jim Caldwell se iban a jugar sus trabajos por perder de forma deliberada? En todo caso, igual que sucedió en 1997, se lo pusieron muy sencillo a Jim Irsay, solo tuvo que poner el nombre de Andrew Luck en la tarjeta de la primera elección del Draft de 2012. Posteriormente despidió a Peyton Manning y se tragó su recién renovado contrato.

El inesperado retiro de Luck

Las constantes lesiones y el no cumplir las expectativas desembocaron en la repentina retirada de Andrew Luck tras solo siete temporadas, dejando descompuesto y sin “novia” a los Indianapolis Colts. Comenzó entonces una travesía por el desierto para buscar un reemplazo. Tras los fallidos experimentos con veteranos de todo tipo como Jacoby Brissett, Phillip Rivers y Matt Ryan, o el intento de resucitar la carrera de Carson Wentz, Irsay ha decidido tomar el camino más fácil: intentar que de nuevo se vea en la misma situación que se encontró de 1997 y 2011.

Para poder estar en esa posición, es necesario que se repita lo sucedido en 2007 y 2011: tener la mejor posición del Draft. El dueño ya tomó de forma personal la decisión de sentar al veterano pasador Matt Ryan lo que resta de temporada, pero eso no es suficiente. Alguien como Frank Reich, con el que ya mantuvo encontronazos por el caso Wentz, no es el mejor entrenador en jefe para buscar la mejor posición de cara al Draft, por eso decidió despedirlo.

Jeff Saturday llega para distraernos con la nostalgia

En lugar de nombrar entrenador en jefe interino de los Colts a cualquiera de los dos miembros del actual equipo técnico con amplia experiencia como Gus Bradley o John Fox (entre ambos reúnen 20 años de experiencia como entrenador en jefe y 323 partidos) se nombra máximo responsable a un ícono de la franquicia, el centro de Manning de la era dorada, Jeff Saturday, que no tiene ninguna experiencia como entrenador, ni tan siquiera a nivel colegial. La presentación ante la prensa fue un verdadero ejercicio de surrealismo por parte de Jim Irsay: Las justificaciones del propietario, a cada cual más absurda y esperpéntica, causaron verdadero sonrojo y vergüenza (véanlas aquí, no tienen desperdicio).  

 

 

En el mundo del fútbol soccer, la expresión cortita y al pie, se emplea para ponérselo a alguien muy fácil. Y es precisamente eso lo que quiere Jim Irsay, que se la pongan “cortita y al pie”: tener solo que anotar el nombre del mejor pasador en la tarjeta del Draft NFL 2023.

¿Conseguirán lo que tanto anhelan los Colts y Jim Irsay con Jeff Saturday? Te leemos en los comentarios bajo esta columna y en nuestras redes sociales.

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