Tom Brady, Aaron Rodgers: la importancia de retirarse en tiempo
No hace mucho tiempo P.J. Walker, de los Panthers, y Taylor Heinicke, de los Commanders, fungían como quarterbacks en la XFL, pero este domingo se encargaron de, respectivamente, propinarles inesperadas derrotas a Tom Brady, de los Buccaneers, y a Aaron Rodgers, de los Packers, quienes, aunque serán indudablemente dos futuros miembros del Salón de la Fama, esta campaña están brindando excelentes clases sobre la importancia de retirarse en tiempo para evitar actuaciones dignas de ser olvidadas.
Aaron Rodgers y su forzada estadía en Green Bay
Es momento de admitirlo: a sus 38 años, la estadía de Aaron Rodgers en Green Bay luce forzada. En una NFL donde reinan los quarterbacks jóvenes, Rodgers parecería no tener más cabida: los Packers hilan tres derrotas consecutivas, y una cosa es no salir airoso ante conjuntos renovados como Giants y Jets, pero debería ser pecado no sacar una victoria ante uno de los peores equipos de la liga como lo son los Commanders, quienes en Taylor Heinicke tuvieron a su quarterback suplente liderando los controles.
Lo de Rodgers es sumamente preocupante, más que durante las últimas dos offseasons donde su retorno a los Packers lucía como una incógnita. Green Bay confío en él, en sus capacidades que le han hecho ser dos veces al hilo MVP de la NFL, y como muestra de agradecimiento le ofrecieron una extensión en marzo anterior para convertirlo en el quarterback mejor pagado en la historia de la liga, pero el oriundo de Chico, California, parece haber quitado el pedal del acelerador una vez llenó sus bolsillos.
Actualmente los Packers registran marca de 3-4, siendo la primera campaña de Rodgers en que ostenta récord perdedor tras siete semanas de campeonato, y lo peor es que un cambio no se ve venir. El Rodgers que nos acostumbró a ser perfecto en envíos largos desde 2008 que funge como titular de Green Bay, no existe más: esta es una nueva versión, una donde no tiene receptor estrella que realice la jugada grande, y una donde, como ya hemos mencionado, no le da oportunidad de brillar a sus receptores jóvenes.
Matt LaFleur y Adam Stenavich: los mayores culpables
Pero el culpable de todo lo anterior no solamente es el Rodgers quejumbroso que ha predominado durante este arranque de temporada, también lo es el HC Matt LaFleur, quien sus 39 victorias durante las primeras tres campañas al mando de Green Bay no las ha sabido respaldar en playoffs, y que por primera ocasión en su aún corta carrera como entrenador en jefe se ve contra las cuerdas al tener en Rodgers a una superestrella arrogante que no deja que el sistema ofensivo circule.
De igual forma, el OC Adam Stenavich debe afrontar criticismo. En su primer año en el cargo, tras la partida de Nathaniel Hackett a Denver, la ofensiva de los Packers luce de lo más triste que se ha visto en décadas: esta tarde ante Washington, los Packers no concretaron ni un solo intento de tercera oportunidad, siendo la primera ocasión en que dicho suceso se hace presente desde el 17 de octubre de 1999, cuando les ocurrió en la Semana 6 ante los Broncos.
Además, Rodgers, quien completó 23 envíos para 194 yardas y 2 TD, promedió 5.5 yardas por intento que lo único que harán es reducir su promedio de 6.9 yardas, el más bajo de su carrera, que registró concluida la semana seis. Y lo anterior se debe a que es el RB Aaron Jones el arma aérea más letal de este equipo; que un corredor sea bueno por aire debería ser plus, no de lo que viva ninguna ofensiva de la NFL. Pero, nuevamente, Stenavich y Hackett deberán resolverlo antes de que esta campaña se vaya por la borda.
Tom Brady, el inminente final de una era
Lo mismo que sucede en Green Bay pero aún más triste por la forma en que se está presentando y todo lo que conlleva a su alrededor, es el inminente declive de un Tom Brady del cual no vale más la pena centralizar sus problemas maritales desencadenados seguramente por salir de un efímero retiro de 40 días durante la offeason anterior. Esta vez, el tópico principal debe ser el poco corazón que muestra que desencadenó que los Buccaneers fueran derrotados por los infames Panthers.
Carolina no solamente inició con su alguna vez QB4 P.J. Walker, también hace par de días se desprendieron del WR Robbie Anderson, e incluso más recientemente del RB Christian McCaffrey en un inmenso trade, pero ni todo ello bastó para que Brady sobreviviera en su travesía a Charlotte. De hecho, con la derrota, Tampa Bay se posiciona con marca de 3-4, y es la primera ocasión en que Brady ostenta marca perdedora luego de las primeras siete semanas de campeonato desde el ya lejano 2002.
En otras palabras, esta campaña se ha dejado entrever que el retiro de Brady seguramente es cuestión de meses. Sin embargo, no será de la forma en que mucha gente llegó a imaginar: todo apunta a que no habrá un nuevo anillo de Super Bowl, no se le despedirá en lo más alto, ni en la cúspide que tantas veces tocó. En cambio, se le dirá adiós incluso con pena, con vergüenza por el amargo sabor de boca que sus últimas actuaciones han dejado, y por el ahora solo recuerdo de la superestrella que muchas veces fue.
A Todd Bowles y Byron Leftwich les queda grande su cargo
Por último, es cuestión de tiempo para que Brady parta de Tampa Bay, ¿pero cuánta paciencia se debe tener con el HC Todd Bowles? El entrenador en jefe de 58 años de edad no luce creativo: este es un equipo que, aunque con piezas similares a las de la temporada pasada, luce sumamente distinto este 2022: empeorado, sin ganas, sin ideas y a la mezcla anterior también deben llover críticas sobre el OC Byron Leftwich quien, al menos hoy, dejó bastante que desear.
El párrafo anterior se puede ejemplificar con la secuencia donde Brady, a mitades del tercer cuarto, conectó envío de nueve yardas con el WR Mike Evans. Sin embargo, en los tres intentos restantes, los Buccaneers fueron incapaces de conseguir una sola yarda y perdieron el ovoide en downs. El RB Leonard Fournette no movió las cadenas en los dos acarreos donde se le otorgó el balón, pero la culpa no recae principalmente en él, nuevamente, lo es en Bowles y Leftwich por la nula creatividad de playcalling.
Así, es seguro afirmar que Brady y Rodgers, y Buccaneers y Packers, actualmente viven panoramas similares. Dos equipos que entraron a la presente temporada en calidad de contendientes gradualmente comienzan a ser desenmascarados; dos quarterbacks que incluso se preveían en conversaciones de MVP, una vez más demuestran que es imposible escapar del factor tiempo, y por ello es sumamente importante retirarse en tiempo: para evitar actuaciones dignas de ser olvidadas.
¿Debieron Tom Brady y Aaron Rodgers ya haber colgado sus botines? ¿Qué esperar de ambos en el resto de la campaña? Te leemos en los comentarios debajo de este artículo y en nuestras redes sociales.
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Comments (1)
Eduardo Blanco
Brady no está jugando bien pero lo peor de Tampa Bay es el HC y el Coordinador Ofensivo, el libro de jugadas es muy muy flojito, defender a Buccaneers es muy sencillo porque siempre hacen lo mismo y terminan el tercer intento y muchas yardas… imposible. Las manos de los WR, RB y TE deben estar untadas de mantequilla, es imposible dejar caer más balones, bueno la otra Bahía si puede.