QB Aaron Rodgers, Green Bay Packers

QB Aaron Rodgers, Green Bay Packers

Playoffs en la tundra: los Packers aseguran la cima de la NFC

Por Enrique “Henri” B. Franco. Sigue su proyecto en @naciónpatriots y nacionpatriota.com)

En juego estelar de la Semana 17 en  domingo por la noche en Green Bay, en un Lambeau Field convertido en una auténtica congeladora, los Packers aplastaron por 10-37 a unos Minnesota Vikings que se aferraban a sus últimas posibilidades de entrar a los playoffs este año.

 

Un clásico Vikings vs Packers en la congeladora

El invierno azota con fuerza a Green Bay en estos momentos, condición por la que el juego de esta noche era sumamente importante para los Packers, sabiendo que por aquí pasaría la postemporada con un triunfo.

No obstante, al igual que el clima, Matt LaFleur y los suyos iniciaron muy fríos el juego. Acostumbrados a moverse primero por tierra con el RB Aaron Jones (8 ATT, 76 YDS), ahora fue incapaz de tener los espacios que le daba su línea ofensiva titular con anterioridad. En consecuencia, fue un juego muy lento de inicio, con un despunte hasta el final del segundo cuarto de mano del QB Aaron Rodgers (29/38, 288 YDS, 2 TD) y el WR Davante Adams (11 REC, 136 YDS, 1 TD) que ahora es apenas el sexto jugador en la historia de la NFL con al menos 600 recepciones, 8,000 yardas y 70 TD en sus primeras ocho temporadas.

 

Aunque el juego estuvo a su alcance, la nula capacidad de aprovechar a los playmakers de Minnesota fue finalmente su sentencia en el encuentro. El coordinador ofensivo, Klint Kubiak, jamás supo adaptar su ofensiva a las limitaciones del QB Sean Mannion (22/36, 189 YDS, 1 TD, 2 ATT, 14 YDS), que estaba por lanzar su primer pase de TD en siete temporadas como profesional en este encuentro.

Eso se vio reflejado al insistentemente correr con las mismas jugadas que le manda al ausente Kirk Cousins. En consecuencia, incluso con los problemas de zona roja del ataque de Green Bay (3 de 7 en conversiones) estos jamás fueron obligados a buscar más de lo que hicieron, aunque en realidad debieron.

No Cook, no party para Minnesota

Una cosa era no contar con Cousins por el protocolo de COVID-19, pero no se entiende lo del RB Dalvin Cook (9 ATT, 13 YDS): después de todo, era alma y corazón de esta ofensiva hasta esta noche. Sin embargo, fue totalmente anulado por una defensiva por tierra casi a la mitad de la tabla, que había permitido 4.8 yardas por intento y venía de una pobre exhibición el juego pasado. Al extraerles este elemento, básicamente fueron inoperantes todo el encuentro, ya que Sean Mannion intentaba engañar con el acarreo en play action solo para ser esperado por media defensiva al girar su cabeza al frente de la formación.

En este sentido, los Packers jugaron muchísimo mejor de lo presupuestado. Con el DT Kenny Clark ganando en dobles bloqueos toda la noche, realmente le cerraron espacios a cualquier intento por tierra. Aún con la insistencia del coordinador defensivo Joe Barry por jugar conceptos más bien contra el ataque por aire, el grupo de linebackers estuvo siempre atento y jugó su mejor partido en meses. Tras esta exhibición, el reconocimiento debería estar en la preparación de toda la semana.

Otro “gran baile anual” del HC LaFleur

Al principio de la temporada cuestionamos la capacidad de Matt LaFleur de ser el que pudiera unir todo este año para los Packers; el inicio fue muy difícil validar su “último baile” con Aaron Rodgers sobre todo en el juego inaugural, pero tras 16 partidos, es difícil cuestionar algunos puntos. 

Es muy importante tener en cuenta el inicio y compararlo con el cierre de la misma temporada. Sencillamente, hay un trabajo de fondo, hasta para un gran detractor, es difícil contradecir méritos de darle todo una armonía para que funcione. Viendo el caso del otro lado con Mike Zimmer, que no puede hacer llegar su discurso a los jugadores, luego de dimes y diretes, que todos en Green Bay estén escuchando lo que tiene que ofrecer, creerle y hacerlo realidad, es más que notable.

Siempre quedará la duda de hasta dónde La Fleur puede llegar sin un QB élite, pero en la historia de la liga hemos visto a tantos fracasar teniendo a uno (Don Shula) que es merecido darle crédito al que sí ha sabido aprovechar sus circunstancias. Ha llegado al punto de encontrar, por segunda temporada seguida, una joya de escuadra de prácticas (como en su momento fue el TE Robert Tonyan o ahora el CB Rasul Douglas).

Por ello, este coach y equipo son los primero en la historia con al menos 13 triunfos en tres temporadas seguidas en la NFL.

 

Por si fuera poco, con él, Rodgers ha tenido dos temporadas de absoluto dominio sobre la NFC Norte. Asimismo, será la cuarta vez en que consiga +500 pases y 4 o menos intercepciones en una sola temporada (récord de la NFL).

Luego de querer estrangular a Mike McCarthy reflejándose en exhibiciones cada vez más pobres con los años, LaFleur, que tampoco era santo de su devoción, le está dando a Rodgers confianza, tanta, que ha empezado a acercarse con el GM Brian Gutekunst para discutir sobre su futuro según reportes. ¿No es ese el trabajo de un Entrenador del Año?

El mensaje de los Packers para toda la NFC

Lesiones, conflictos internos y hasta el COVID-19. Sin importar cómo lo veamos, una de estas cosas ha hecho caer a más de algún equipo esta temporada, más no a los Packers. Ni Buccaneers, ni 49ers viven al nivel que se les vio en otros años cuando humillaron a Green Bay como para quitárselos de encima a Cowboys o Rams, que últimamente batallan mucho contra ellos; en definitiva, hay sensaciones distintas y debería existir suficiente preocupación para el resto de la NFC. 

Aunque es evidente que aún habrá quien dude de esta afirmación, el espíritu de esos campeones del Super Bowl XLV se percibe en el juego de este año. Más importante aún, es que superando tantos obstáculos externos y que todos entiendan el propósito, habla de un enorme trabajo detrás digno de ser reconocido. Como dice un dicho “lo que no te mata, te hace más fuerte.”

Deja tu comentario