Steelers

Mike Tomlin (izq), entrenador en jefe, y Ben Roethlisberher (der), quarterback de los Pittsburgh Steelers.

El ADN resiliente mantiene a los Steelers en 2021 – Desde la yarda 1

“Cuando hay gente que duda de ti, eso le añade gasolina al fuego y, cuando esas personas dicen que podrás lograrlo, si eres competitivo, eso es lo que más te motiva.”

  • Ben Roethlisberger

La personalidad de los Steelers: Noll, Bradshaw Cowher…

En inglés hay un término que me gusta mucho para describir a equipos como los Pittsburgh Steelers: Grit. Traducido al español, Grit, significa: Coraje, agallas o determinación.  En el caso particular, yo también añadiría la palabra: Voluntad.

Para mí, eso son los Steelers. Un equipo con una sobrecarga de voluntad para anteponerse a la adversidad y siempre (o casi siempre), salir adelante.

La temporada 2021 podría ser el perfecto ejemplo de lo que escribo en los anteriores párrafos. Un equipo que llegaba a la temporada con muy pocas expectativas de ser competitivos, al menos para terceros. Sin embargo, la semana 1 nos dio una pequeña probada de este tremendo carácter que tiene el equipo de la Ciudad del Acero. Sin ser brillantes, hicieron lo suficiente para ganarle a uno de los grandes favoritos para alzar el Super Bowl este año, los Bills.

Pero más allá de ese partido, esta voluntad de acero que tiene Pittsburgh como equipo, viene de años atrás.

Para un servidor, una de las cosas más difíciles de lograr para un entrenador, es imprimirle su esencia a un equipo, no obstante, los tres entrenadores que han estado en Pittsburgh desde que llegara Chuck Noll en 1969, han logrado hacer que el equipo refleje exactamente lo que se busca en una de las franquicias más exitosas de la NFL.

El camino para lograr esta transformación nunca ha sido sencillo. Por ejemplo, al Coach Noll le tomó 3 temporadas (1969, 1970 y 1971) conseguir un récord ganador, sin embargo, cuando por fin lo consiguió, se convirtió en la dinastía dominante de la NFL, ganando cuatro Super Bowls y llegando a playoffs en ocho de las temporadas que conformaron esa década. Su equipo, un fiel reflejo del entrenador: Apasionado, inteligente y repleto de coraje para pelear. 

Parte del gran éxito de Noll como entrenador fue, definitivamente, el contar con un quarterback que en el campo representaba todo lo que son los Steelers: Terry Bradshaw. En una era donde Roger Staubach era el hombre poster para la NFL, Bradshaw era el antónimo de lo que significaba para la liga Staubach. Un jugador sin muchos reflectores, pero que a la hora de liderar a sus tropas en el campo de batalla, hacía hasta lo imposible por demostrar que el acero de la ciudad, corría por sus venas.

En 1992, llegaría Bill Cowher –si buscamos en el diccionario la definición de los Steelers en los noventa, vamos a encontrar una foto del Coach Cowher– con ese característico mentón y expresivo rostro. Cowher fue la viva imagen de la clase trabajadora que lleva en la sangre los colores negro y dorado. En sus primeras siete temporadas, llegó a cinco playoffs, e incluso, perdió un Super Bowl contra Dallas. Todo esto, lo hizo con quarterbacks nada excepcionales como Tommy Maddox, Kordell Stewart y Neil O’Donnell.

La llegada de Ben Roethlisberger

No obstante el gran cariño que equipo y afición sentían por Cowher, los Super Bowls no llegaban y, eso, en una ciudad como Pittsburgh no es permisible. 

Llegó entonces aquel famoso Draft de 2004 (cuando Eli Manning no quiso jugar en San Diego). Los Steelers tomaron en la primera ronda a un quarterback de apellido Roethlisberger y de nombre Ben, que venía de la Universidad de Miami en Ohio. Con un brazo y corpulencia que lo hacían ver como un leviatán parado detrás de la línea de golpeo.

Proveniente de una universidad sin muchos reflectores –en la cual, curiosamente, fue reclutado porque en la preparatoria era el quarterback suplente porque su entrenador prefería poner a su hijo como titular, a pesar de que Ben era mucho, pero mucho mejor que él–, los dominós cayeron a la perfección para que Roethlisberger se convirtiera en el siguiente gran quarterback de los Steelers, algo que llevaban buscando desde que Terry Bradshaw se fue del equipo y, que la afición no les perdonaba desde que dejaron pasar a Dan Marino en el 83.

La temporada de novato de Ben Roethlisberger fue tremenda. Pittsburgh firmaría un récord de 15-1 en temporada regular, detrás de una defensiva implacable. Desafortunadamente, para el coach Cowher y el joven quarterback, el equipo fue eliminado por Jacksonville en la ronda de Wild Card.

La semilla, sin embargo, ya estaba plantada. El 2005, sería el año del Acero. Roethlisberger se confirmaría como el siguiente gran quarterback de la franquicia y, el tan ansiado trofeo Lombardi por fin sería alzado por el coach Cowher, en una de las imágenes más emotivas que existen en la historia de los Super Bowls.

Cowher dejaría al equipo en 2006 tras una temporada de 8-8, dejándole su lugar al joven coordinador defensivo de los Minnesota Vikings (34 años), Mike Tomlin

Mike Tomlin entendió a la perfección a los Steelers

En otra muestra de gran despliegue de trabajo por la oficina frontal del equipo, la contratación de Tomlin sería un home run. No solo en el aspecto de imprimirle al equipo su esencia como entrenador, sino en el de convicción y convivencia con los valores que rigen a la franquicia.

Con Tomlin como entrenador, los Steelers no han tenido una temporada perdedora. A su vez, el equipo ha llegado a playoffs en 9 de 15 temporadas, ganando un Super Bowl y perdiendo otro. 

A un lado de Tomlin y todo su éxito, siempre ha estado Ben Roethlisberger, ese jovencito que en 2004 pudo haber llegado a los NY Giants si Eli Manning hubiera tomado la decisión de jugar en San Diego. Roethlisberger, por cierto, un quarterback con números espectaculares, con dos anillos de Super Bowl en la bolsa y que no tiene los reflectores que merece ¿Ya les suena conocido?

La voluntad de los Steelers, a prueba contra KC

Hablando de Roethlisberger y sus números, hay uno que no deja de dar vuelta en mi cabeza. Los regresos en el último cuarto.

Si revisamos la lista de más regresos en el último cuarto en la historia, encontramos a Peyton Manning y Tom Brady en los números 1 y 2 (vaya sorpresa…). En el número 3, vamos a ver al Big Ben, quien en su laureada carrera suma ya 40 regresos para ganar, seis de los cuales ha logrado en este 2021, la mayor cantidad en una temporada en su carrera.

¿Por qué no me deja de dar vueltas esto? Simplemente porque ese número refleja lo que, para mí, son los Steelers: un equipo que nunca debemos dar por muerto, a pesar de que las circunstancias estén completamente en su contra.

Esta semana, por cierto, Roethlisberger enfrentará a otro mago que regresa en el último cuarto: Patrick Mahomes, quien ya suma nueve en su carrera.

Con mucho en la línea, por lo volátil que está el panorama de playoffs en la AFC, el duelo entre Chiefs vs Steelers de este domingo, pinta para ser de proporciones épicas.

Por mi parte, yo les digo (y guarden este tweet), que será el típico partido que ganan los Steelers, a pesar de no ser favoritos.

¿Qué opinas del ADN resistente de los Steelers de Tomlin y Big Ben? ¿Lograrán salir triunfantes contra los Chiefs esta semana 16? Te leemos en los comentarios bajo este artículo y en nuestras redes sociales.

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