La falacia de “Mejor quedarse con los puntos”

Por Santiago Casanova @BRotoFFCasanova

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Todos los fans de la NFL han escuchado en alguna ocasión, alguna versión de esa frase. ¿Para que se arriesgan en cuarta? si ya tienen el gol de campo “asegurado”.

Las decisiones de Brandon Staley fueron muy criticadas el jueves por la noche así que aquí las vamos a analizar a fondo. Para una introducción a cómo se llegan a tomar estas decisiones pueden leer mi otro artículo sobre el tema en este link.

En términos resumidos, los modelos actuales de decisiones de cuarta oportunidad toman en cuenta variables como: el marcador, el cuarto, el tiempo restante, los tiempos fuera de ambos equipos, etc. para calcular la probabilidad antes y después de la jugada. Además de qué tan difícil es convertir en esa situación específica y que tan grave sería no lograrlo.

Ahora veamos específicamente las situaciones del jueves.

 

4ª y gol en la yarda 5, primer cuarto:

Usando el modelo de Ben Baldwin, vemos que le da un ventaja de 3% a jugársela aquí porque convertir significa un touchdown, ni más ni menos, y fallarla pone a los Chiefs a 95 yardas de su propia anotación. El riesgo es muy bajo y la recompensa alta. El modelo estima que los Chargers tienen una posibilidad del 35% de convertir pero el beneficio de estar empatados a seguir abajo por más de un gol de campo es más fuerte.

Para los que vieron el partido, recordarán que Donald Parham tenía el balón en las manos en la zona de anotación pero perdió el conocimiento al caer de cabeza y lo soltó. Solo fue una “mala decisión” porque no resultó.

 

4ª y uno en la yarda 33, segundo cuarto:

Esta oportunidad es de mucho más lejos que la anterior y es cuando la mayoría de la gente pide que se pateé el gol de campo: “mejor quedarse con los puntos”.

Algo muy interesante de esta situación específica es que convertir la cuarta oportunidad tiene una probabilidad más alta de suceder que anotar el gol de campo. A esta distancia se estima que el pateador tiene un 70% de probabilidad de anotar mientras que convertir y tener primera de nuevo tiene un 73%. Convertir no garantiza puntos pero mantiene la posesión y aumenta la probabilidad de obtener 7. A final de cuentas, da un +2.5% en probabilidad de ganar jugársela (no solo convertir, el hecho de jugársela ya optimiza esta oportunidad).

El resultado fue una conversión.

 

4ª y uno en la yarda 1, segundo cuarto:

Esta fue sin duda la más criticada, pues solo quedaban 2 segundos en la mitad. La lógica es más complicada y sin duda puedo ver el lado que pide que se anote el gol de campo pero analicemos a fondo.

Se estima que 4ª y uno en la yarda 1 tiene un porcentaje de conversión del 60%. Eso nos lo dicen años de datos de la NFL. Un gol de campo de esta distancia tiene un 99% de ser anotado como te lo puede decir cualquier fan de la NFL. La diferencia la encontramos en la probabilidad de victoria de cada una de las opciones.

El modelo nos dice que irse al medio tiempo ganando por 11 resulta en una probabilidad de ganar del 73%, mientras que el irse ganando por 7 puntos nos da 63%.

Cuando un coach tiene la oportunidad de aumentar en 10% sus posibilidades de ganar y además esa oportunidad es mayor al 50%, sólo aquellos que estén jugando para no perder tomarían la otra opción.

El pase fue bateado por Daniel Sorensen. Solo fue una “mala decisión” porque no resultó.

 

4ª y dos en la yarda 28, tercer cuarto:

Esta es otra situación donde la diferencia entre convertir y el gol de campo es de alrededor de 10%. Una cantidad enorme para partidos de la NFL. También hay que recordar que las patadas en la NFL no son automáticas. Tan solo este año se han fallado o bloqueado 64 patadas a esta distancia +-5 yardas. Nada está garantizado. La diferencia entre convertir y anotar el gol de campo es de 9% en WP (probabilidad de ganar, por sus siglas en inglés) y la diferencia entre de jugársela y patear (lo cual es diferente de convertir y anotar) es de 4.4%, un número alto para este tipo de situaciones.

El resultado fue un pase defendido. Muy importante hacer la distinción entre decisión y ejecución. Solo fue una “mala decisión” porque no resultó.

 

4ª y gol en la yarda 11, cuarto cuarto:

Esto ya lo hemos visto. El beneficio vs. el riesgo de jugársela en la zona roja contra una ofensa tan poderosa como los Chiefs nos lleva a buscar maximizar los puntos. La diferencia de convertir y anotar es de 12 puntos mientras que la diferencia entre jugársela y patear es de 6. Para Staley, quien ha estudiado estos números, la dicción era evidente. Él mismo lo dijo en una conferencia de prensa hoy, está utilizando el aspecto más fuerte de su equipo (la ofensa) con intenciones de ganar.

El resultado fue una carrera de 7 yardas que los puso con posibilidades de anotar.

 

 

El discurso y el debate alrededor de este partido peca de una falacia muy fuerte: “la decisión es incorrecta porque no resultó”. Como dijo Mina Kimes en su programa de ESPN, sólo se está hablando de esto porque, en esta ocasión, solo se convirtieron 2 de 5. No se habla de cómo los Chargers han seguido estos modelos y estas tendencias toda la temporada y los ha llevado a ganar partidos importantes.

No se menciona que han convertido 15 de 26 este año y eso los ha llevado al éxito en repetidas ocasiones. Cuando se habla de estas situaciones hay que analizar si estamos juzgando la decisión ya que sabemos el resultado, o si el coach estaba maximizando su probabilidad de ganar con la información y situación que observaba. Esta es la diferencia entre los coaches que se la juegan a la segura para que no los despidan, y los coaches que se arriesgan para ganar todo lo que puedan.