¿El proyecto “All-In” de este año de los Rams se resquebraja?
Por Enrique “Henri” B. Franco. Sigue su proyecto en @naciónpatriots y nacionpatriota.com)
Cayendo el domingo por marcador de 28-36 de visita en Lambeau Field, no parece más que producirse un eco producto del primer sonoro fracaso de Los Angeles Rams esta temporada, ese equipo que tantas expectativas nos generaba por su apuesta a llegar a golpe de talonario al Super Bowl de 2022. Esto podría llegar hasta las raíces mismas de la organización, dando directamente a su tan curiosa, como cuestionable cultura de los últimos años.
Los demás equipos ya miran con recelo el modelo de los Rams
Como casi todo a nivel cultural, las nuevas tendencias son vistas con recelo. Debido a ello, la manera en que el GM Les Snead y su grupo de trabajo, en conjunto con el HC Sean McVay, siempre fue mirada con lupa. Aunque nadie buscaba admitirlo, esta manera de operar siempre ha intrigado hasta a los más importantes en la liga.
Sin embargo, esta filosofía no es nueva, ya que incluso fue llevada a cabo por el mismísimo Bill Belichick entre 2016-2019; no obstante, el entrenador reconoció que era una insostenible a largo plazo y vimos cómo afectó a los Patriots en 2020, y él mismo lo dijo: “la estructura de la liga es la estructura de la liga. Eso no va a cambiar.”
Esto, porque la NFL tiene siempre la capacidad de autoajuste para estos casos; el tope salarial se puede estirar o apretar bastante, no obstante tiene un límite como todo.
Los problemas van más allá de Stafford o Goff
Cuando dejaron ir al QB Jared Goff, tal vez en la gerencia de los Rams pensaron se irían la inexperiencia, los errores y las limitaciones en la posición. En teoría, la llegada de Matt Stafford –acostumbrado a arrastrar a todo el equipo de los Lions durante mucho tiempo– debió ser todo lo contrario, y confiados en esa posibilidad, dejaron de hacer la planificación como debían, cayendo en una soberbia bastante insoportable.
Revisando sus estadísticas, ahora Stafford luce idéntico a Goff en su última temporada en Los Angeles: tres intercepciones han terminado en TD, apenas completa el 61.24% de sus pases (tenía el 68.57% hasta la semana 9) y en consecuencia, su rating de pasador cayó dramáticamente de 118.6 a 77.1 en desde la semana 10 de la NFL.
Esto no quiere decir que Goff sea mejor, pero las condiciones en las que jugó — por ejemplo en 2018— eran mucho mejores. Tan solo hay que pensar que Stafford tiene que confiar en que para salir de su mala racha, Odell Beckham Jr. se vea pletórico, esto cuando apenas anotó un TD en tiempo basura contra los Packers y lleva años sin ser totalmente confiable.
Asimismo, lo anterior puede aplicar al DE Aaron Donald, sin embargo, al día de hoy, este parece cada vez más solo –rodeado entre tanto “talento– en la presión defensiva. Y es que de nada sirve un buen cúmulo de individualidades, si el conjunto no se apoya. La mejor manera de verlo, es con la gráfica de cuántas veces lo ponen contra doble bloqueo esta temporada, ¿quién lo aprovecha? Casi nadie:
Aaron Donald is still king.
Double-team rate as a pass rushing defensive tackle (x) by pass rush win rate as a defensive tackle (y). pic.twitter.com/sB2T5rU1DF
— Seth Walder (@SethWalder) November 20, 2021
El verdadero problema: muchas estrellas sin descanso
Las dudas y la urgencia de resultados están implicando para los Rams el sobrecargar el juego para sus estrellas-agentes libres-veteranos: durante la semana 12 tuvieron que usar el 81% del tiempo a sus titulares y a 10 de 11 de ellos, entre el 98% al 100% de los snaps ofensivos. Estamos hablando de jugadores de más de 30 años, con muchos partidos a cuestas y que no están teniendo descanso.
Cada posición de este equipo lo padece. Si en algún momento el WR Cooper Kupp o el CB Jalen Ramsey necesitan descansar, su lugar lo ocuparían jugadores que llevan todo el año jugando uno o dos snaps o tal vez ninguno hasta ahora. Al administrar un roster así, se está dejando de creer en el proyecto inicial de una u otra forma, pues están dejando a la deriva a jugadores que ahora se ven como de menor calibre, pero que esta misma gerencia trajo en un primer momento.
Con la insistencia en mantener a varios estelares que llevan semanas sin funcionar, el capricho ahora se contempla como desesperación; además, los Rams llevan trayendo jugadores toda la temporada para no darle su sitio al “Next Man Up” de su alineación. Y esto cada vez parece más una necesidad de mantener apariencias que para realmente ajustar y mejorar para permanecer en la élite
La moraleja del revés ante los Packers
La cereza del pastel tiene que ser la última derrota esta Semana 12, cuando Aaron Rodgers y los Green Bay Packers parecían estar jugando contra sus conocidísimos Lions de Matt Stafford en vez de contra los superestelares Rams que van por todo esta temporada.
Es preciso que en Los Angeles acepten y ajusten tras una equivocación clara: creyeron que iban a cambiar la NFL a golpe de agencia libre e hipotecando el futuro, yendo contra a las bases de la paridad y equilibro de la misma liga.
De momento, la apuesta de un año all-in parece volverse en su contra. Ahora parecen condenados a ser otro más en la larga lista de superequipos construidos con dinero y al vapor que terminan sin títulos en los deportes a nivel global; todos compartiendo la misma tragedia: pensar que están exclusivamente a un jugador siempre de ganarlo todo, cuando realmente se desarman en el fondo para lograrlo. Equipos que en sus horas finales, parecen escucharse más huecos a cada paso que dan a su propia perdición.
¿Consideras que los Rams encontrarán la manera de enderezar el rumbo y rebotar hasta el Super Bowl LVI en Los Angeles, como es su apuesta este año? Te leemos en los comentarios bajo este artículo y en nuestras redes sociales.