Patrick Mahomes: el traje de superhéroe pesa demasiado – Café Lombardi

Patrick Mahomes necesita mirarse en el espejo de Brett Favre. Este venía de protagonizar dos temporadas 1999 y 2000 muy malas: en la de 1999 lanzó más INT (23) que TD (22). En 2001, Favre regresó con 3.921 yardas, 32 TD y 15 INT, lo que le valió una nominación al Pro Bowl. No fue “el general” de los años 1995 a 1998, pero sí ese gran QB que metió a su equipo a postemporada tras dos años de ausencia. 

Tras superar la ronda de los comodines, los Green Bay Packers tuvieron que viajar a St. Louis a jugar el Divisional ante los todopoderosos Rams (14-2) de Kurt Warner y Marshall Faulk, MVP y Jugador Ofensivo de aquel año. Favre era la única razón que tenían los cheeseheads para dar un susto a aquellos Rams, “The Greatest Show On Turf”.

Aquel día salió la peor cara de Brett Favre, sus números fueron 26-44, 281 yardas, 2 TD y 6 INT. Para ahondar más la herida, tres de aquellas intercepciones fueron retornadas para TD. Los Rams anotaron 28 puntos de su total de 45 tras los turnovers del QB. En la rueda de prensa posterior al partido, preguntaron a Favre por las entregas de balón, respondiendo que, si hubiera creído que su equipo tuviera alguna posibilidad de ganar, hubiera lanzado otras 6 INT.

Esto que hizo Brett Favre no es nada extraño en muchos quarterbacks, sobre todo en aquellos que han conocido la gloria. Favre enlazó tres temporadas consecutivas siendo el MVP, jugó dos Súper Bowls consecutivas ganando una de ellas. Dan Marino también fue muy propenso a este tipo de “heroicidades”, por llamarlas de alguna manera. Más recientemente hemos visto a Ben Roethlisberger protagonizar alguna de estas “proezas”, creerse superhéroes.

¿Es un superhéroe? No, es Patrick Mahomes

Desde que este quarterback ganó la titularidad de los Kansas City Chiefs, todo eran parabienes y alabanzas. ¿Cuántas críticas habéis podido leer sobre lo que hace Patrick Mahomes? Ninguna, y caso de existir, son excepcionales hasta hace bien poco. Mahomes no jugó su primer año; en su segundo año maravilló llevando a su equipo a la final de la AFC, donde acabaron siendo derrotados en la prórroga por los New England Patriots de Tom Brady. 

En su tercer año, los Kansas Chiefs ganaron el Súper Bowl LIV a los San Francisco 49ers cuando, faltando nueve minutos perdían por diez puntos y estaban siendo dominados durante 50 minutos, hasta que Patrick Mahomes se soltó la melena y sacó su prodigioso brazo. En su cuarto año, los Chiefs se plantaron de nuevo en el Súper Bowl tras pasearse toda la temporada regular, partido donde fueron arrollados por los Tampa Bay Buccaneers y Patrick Mahomes jugó el que hasta la fecha fue su peor partido como profesional. Por entonces se achacó todo a los problemas de la línea ofensiva, pues los Chiefs habían perdido a varios de sus titulares en la post temporada.

Así, en estos tres años de Patrick Mahomes, le hemos visto lanzar pases absurdos o ejecutar lanzamientos en posturas imposibles para la mayoría de QB.  También le hemos podido ver lanzar pases con el otro brazo o sin mirar, engañando a toda la defensa. Todo, incluso los fallos, era aceptado por una sencilla razón: los Kansas City Chiefs ganaban los partidos. Mientras el equipo tuviera a Patrick Mahomes nunca estaban fuera de la contienda, y cualquier remontada era posible –que se lo digan a los San Francisco 49ers, Cleveland Browns o Houston Texans, que los tuvieron contra las cuerdas en playoffs y acabaron sucumbiendo ante la magia de Patrick Mahomes–.

El QB, entre tanto, firmó el que está considerado el mayor contrato de la historia del deporte, un contrato que de cumplirse íntegro –algo que en la NFL raras veces ocurre– podría hacerlo ganar más de 400 millones de dólares. Un Patrick Mahomes muy crecido declaró en temporada baja que un 20-0, una temporada perfecta, era el único récord que él tenía fijado.

¿Está Patrick Mahomes afectado por el mal del superhéroe?

¿Qué está pasando en 2021? Los números de Patrick Mahomes no son a los que nos tiene acostumbrados, 18 TD y 9 INT en solamente siete partidos. Ha cometido cuatro fumbles, de los cuales ha perdido dos; siendo todos esos números anormales no son lo peor, sino que muchas de esas intercepciones son completamente absurdas –cuando no directamente estúpidas–, imperdonables en otros QB.

De un tiempo para acá, Patrick Mahomes me está recordando a aquel Brett Favre con el que he empezado este artículo: quiere hacer él solo mucho más de lo que debería, y se cree en una posición parecida a la de aquel, por encima del bien o del mal, o como se dice aquel anuncio de cosméticos “porque yo lo valgo”. 

Nadie puede negar las prestaciones o las genialidades de Mahomes, pero eso mismo comienza a ser su peor enemigo. Un QB no puede vivir siempre de hacer cosas extraordinarias o que están fuera del guion, sino que debería hacer aquello que le permita la defensa rival, aunque ello suponga un simple checkdown o un pase al flat al RB para una ganancia modesta de 4-5 yardas. Pasadores como Tom Brady, Peyton Manning o Drew Brees deben su longevidad y sus estratosféricos números a aquello, y no a lanzar pases de 40 yardas mirando a la banda, o corriendo en horizontal para acabar lanzando un pase de 30 yardas con el cuerpo cruzado… o arriesgando su salud como en este ejemplo:

Muchas veces la jugada correcta es tomar el sack
Cc @PatrickMahomes pic.twitter.com/CT1Ls2fVui

— Ulises Harada en modo Temporada NFL 2021 (@ulisesharada) October 25, 2021

El mismo Favre –aunque no lo pareciera– duró tantos años a base de hacer lo correcto la mayor parte del tiempo, y no lo excéntrico, o lanzando 6 INT por partido. En resumen, vivió de no ponerse el traje de superhéroe todo el tiempo. Patrick Mahomes debe ser consciente de que, para durar en la NFL hay que ser más un buen funcionario que un gran superhéroe.

O en su defecto, guardarlo para partidos como aquel Super Bowl ante San Francisco. Entonces sí.