Decisiones de cuarta en la NFL… ¿o de primera?

Por Santiago Casanova (@BRotoFFCasanova)

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Las decisiones de cuándo jugársela en cuarta oportunidad en la NFL son un tema muy debatido por fans, analistas y ejecutivos de la liga por igual. Cada quién tiene su idea de cuando sí conviene y cuando es demasiado riesgoso, pero, ¿qué dicen los números al respecto?

El modelo de toma de decisiones en la NFL

Es probable que hayan visto alguna gráfica en la tele o a algún analista decir que tal cosa o tal otra es la decisión correcta en esa situación, pero primero hay que entender cómo se obtiene esa conclusión.

El primer paso para construir un modelo de decisiones de cuarto down, en realidad, consiste en construir otro modelo: el de probabilidad de victoria. Para saber si es mejor jugársela o patear necesitamos analizar cómo va a afectar al partido. Este modelo toma en cuenta muchas variables como: el cuarto, el tiempo que queda, los momios de apuestas de antes del partido, los tiempos fuera de cada equipo, las posibilidades de anotar puntos en este drive etc.

Con estas y muchas otras variables se puede calcular la probabilidad que tiene un equipo de ganar el partido en cualquier momento y, por lo tanto, la probabilidad que tendrían después de cierta acción.

Cuando llega el momento de decidir, el modelo analiza los siguientes escenarios:

• probabilidad de victoria ahorita
• probabilidad de victoria si se la juegan y NO llegan al primero y diez
• probabilidad de victoria si se la juegan y SÍ llegan al primero y diez
• probabilidad de victoria si patean un gol de campo y la meten
• probabilidad de victoria si patean un gol de campo y la fallan
• probabilidad de victoria si patean de despeje para regresarle el balón al otro equipo

Además, también tiene que calcular la probabilidad de que pasen estas cosas. No es lo mismo jugársela en cuarta y 1, que cuarta y 13. La decisión final se toma de la siguiente manera:

% victoria si se falla + (% victoria si se logra – % victoria si se falla)*(probabilidad de lograrlo)

 Tanto para goles de campo como para jugársela, el número que salga más alto de esa ecuación es la decisión que recomienda el modelo.

Algunos ejemplos de decisiones cruciales en la NFL

La semana pasada fue la decisión del coach de los Chargers, Brandon Staley, jugársela en cuarta y uno en su propia yarda 19!!

Brandon Staley goes for it on 4th & 1 at own 19 yard line. This is what happens when NFL media start anointing coaches “brilliant” who haven’t done shyt in the NFL yet. pic.twitter.com/hQKpMqHoHi

— ChuckModi (@ChuckModi1) October 17, 2021

En este caso, los Chargers iban perdiendo por 18 puntos y su probabilidad de victoria ya era muy baja. Tan baja, de hecho, que si fallaban la conversión (como sucedió en el partido), obtenían la misma probabilidad de ganar que si hacían una patada de despeje. La explicación es la siguiente:

Podemos ver que la probabilidad de convertir esta cuarta y 3 es baja (44%) pero el porcentaje de victoria es mucho más alto si se convierte que si se anota un gol de campo. A final de cuentas, intentar jugársela, sin importar si se convierte o no, es la decisión que maximiza las probabilidades de ganar de los Chargers. Por lo tanto, no importa lo que diga el autor del tweet que citamos para ver la jugada, las analíticas muestran que jugársela era la decisión correcta el head coach. Otra cosa es que se concrete por la ejecución de los responsables (jugadores).

Otra situación muy vista y discutida sobre este mismo modelo, fue la del partido del lunes por la noche. Donde Josh Allen y los Bills se la jugaron (y fallaron) en lugar de empatar el partido con un gol de campo.

La idea detrás de esta consiste en que, si empatan, es muy probable que el partido se vaya a tiempo extra y, con las reglas actuales de la NFL, el equipo que gane el volado tiene unas probabilidades altísimas de ganar. Por el otro lado, si se la juegan en la zona de gol es en teoría muy probable que anoten con muy poco tiempo en el reloj y a final de cuentas ganen el partido.

Estos dos son solamente algunos de muchos casos donde la decisión que se tomó fue correcta, pero el resultado no favoreció al proceso. Es mucho más fácil criticar el resultado ya una vez que se sabe en qué acabó la jugada, y más cuando esta fracasa, pero hay que entender que el trabajo del coach durante el partido es tomar decisiones lo más informadas y acertadas posible.