¿Harán los Buccaneers el segundo “two-peat” del siglo XXI? – Café Lombardi
Cuando estamos a unas horas del Kickoff de la temporada, lo normal es hacer un artículo con pronósticos de divisiones, playoffs y sobre quién ganará el Super Bowl. Pero no voy a hacer nada de eso: pronosticar qué puede pasar en una temporada en la NFL se ha convertido en un ejercicio de lotería más que en algo meditado tras una larga reflexión. Esto tiene mucho más de exotismo que de realidad, aunque siempre habrá quien dirá “Yo ya lo dije”.
Tengo mis razones para expresar lo que acabo de exponer, Básicamente, podría decir que es una, en la NFL actual para ser el campeón del Super Bowl se tiene que dar tal cúmulo de circunstancias, –algunas que escapan completamente al control de los equipos– que basta con que el ovoide pegue en un palo o dé un bote extraño, para que toda una temporada descarrile.
Bill Cowher, HC de los Pittsburgh Steelers que ganaron el Super Bowl de 2005 tras clasificarse como equipo de Wild Card, dijo que su equipo no era necesariamente el mejor, pero sí fue el que en mejor forma estuvo cuando importaba. El “Modelo Cowher” se ha dado desde entonces en más casos, siendo especialmente representativo el de los New York Giants de 2007 y 2011, capaces hasta en dos ocasiones de ganar el Super Bowl arrancando desde la ronda de Comodines, en una de ellas con un mediocre récord de 9-7 tras ganar su división en la última jornada.
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El caso 2020 de los Buccaneers
Los actuales campeones, los Tampa Bay Buccaneers, ganaron con rotundidad el Super Bowl LV arrancando desde la ronda de Wild Card y teniendo que jugar todos sus partidos fuera de su estadio, excepto –curiosamente– la final, exactamente igual a como lo tuvieron que hacer aquellos Steelers y Giants de 2007. Antes de su bye en la semana 13, los Bucs tuvieron un récord de 7-5 tras perder tres de sus últimos cuatro partidos en su propio estadio, uno de ellos ante los Kansas City Chiefs, el gran favorito, que les ganó en ese momento como y cuando quiso.
Tras dicha pausa, llegó diciembre y Tampa Bay ya nunca más miró hacia atrás. Ganaron los cuatro partidos que les quedaron de la campaña regular para terminar con un registro de 11-5, suficiente para entrar en los playoffs como segundo clasificado de la NFC Sur, por lo que estaban condenados a ser visitantes todos los playoffs.
Con mucho sufrimiento en Washington; con relativa comodidad en New Orleans ante el agotado brazo de Drew Brees y, con mucho más que sufrimiento, una pizca de suerte y una gestión de partido muy cuestionable por los Green Bay Packers en Lambeau Field, avanzaron hasta el Super Bowl. Allí se impusieron con una clara superioridad a unos malheridos Kansas City Chiefs, coronándose como campeones.
No fueron los Buccaneers lo que podemos llamar un equipo dominante y dominador. Quedaron lejos de conjuntos como Kansas City, Green Bay o New Orleans, mucho más sólidos durante el curso de 2020. En ese entonces el equipo dejó sensaciones muy encontradas, especialmente tras una derrota en Chicago que los dejo con un registro de 3-2 o la ya mencionada racha del mes de noviembre (2-3) y que acabaron con un registro global de 7-5.
Los Patriots de 2003-2004, el último two-peat
Tampa Bay ha logrado en esta temporada baja algo extraño en la NFL actual, que todos sus titulares regresen un año más para intentar algo que no se consigue desde 2004: repetir en años consecutivos el campeonato, muro con el que se han estrellado desde entonces los Seahawks, los mismos Patriots y los Chiefs. No seré yo quien apueste contra Tom Brady, pero Tampa Bay, siendo el justo campeón, me dejan la sensación de que están mucho más próximos al modelo de los Steelers de 2005 o los ya mencionados Giants de 2007 y 2011, que esos Patriots campeones de 2003 y 2004.
Sobre esos Patriots del two-peat siempre he opinado que fueron los mejores equipos que tuvo Bill Bellichick. Solamente perdieron cuatro partidos en dos temporadas y, ganando 34 partidos (0.895), añádanle que fueron la mejor defensa del 2003 y la tercera del 2004.
Los registros de su QB Tom Brady estuvieron a años luz de sus registros actuales: sus yardas de pase fueron de 3.620 y 3.692 con 24-12 y 29-13 en TD – INT respectivamente, todos registros pedestres. En 2004, quizás su temporada más dominadora, tuvieron al RB Corey Dillon corriendo para 1.635 yardas, fueron el sexto equipo más corredor y el noveno en juego de pase. Aquella escuadra enlazó una racha de 18 partidos consecutivos sin conocer la derrota, registro que luego ellos mismos batieron en 2007.
Son estos Buccaneers candidatos a repetir?
¿Es el actual Tampa Bay un equipo tan poderoso como aquel? No lo creo. Yo no termino de ver a este equipo en ese modo, sino más bien a un conjunto que encontró su excelente momento de forma al final de temporada, recuperó a un hombre clave como Vita Vea justo a tiempo –y a quien las lesiones le respetaron muchísimo todo el año– además de otros factores que siempre acompañan en forma de suerte, como los fumbles y errores de los Green Bay Packers, algún cuestionable error arbitral, el agotado brazo de Drew Brees, cruces favorables, etcétera.
Con todo esto cuenta para ser campeón al final, salvo lo que he hablado, no veo a los Tampa Bay Buccaneers en ese modo, y para repetir, necesitarán que la temporada 2021 se desarrolle igual que en 2020.
¿Qué opinas de las oportunidades de los Buccaneers para repetir campeonato este año? Te leemos en los comentarios bajo este artículo y en nuestras redes sociales.