Mitch Trubisky: renovarse o morir tras el fracaso en Chicago – Café Lombardi
Mitch Trubisky regresó al Soldier Field, el campo que lo vio nacer como jugador NFL y dio una lección de lo que debe ser un QB ante el que fuera su equipo. En las crónicas y reacciones pudimos leer que Trubisky dejó en ridículo a los Chicago Bears, quienes en su día lo eligieron con la segunda elección absoluta en el Draft de 2017. Ese castigo, además, se concretó en la persona de Matt Nagy, cuya supuesta fama de “encantador de QB” o gurú ofensivo ha quedado más dañada aún de lo que ya estaba.
La incómoda era de Mitch Trubisky en los Bears
Antes de nada, habría que hacer un ejercicio de realidad: Trubisky no fue un deseo de Nagy. Cuando aquel aterrizó como head coach en Chicago, tras su exitoso paso como OC en los Chiefs, se encontró con este QB como elección del GM Ryan Pace, siendo el veterano John Fox entonces head coach. Sí que es cierto que, durante las tres temporadas que estuvo bajo la tutela de Nagy, nunca se le vio ser ese QB por el que llevan décadas suspirando en Chicago. En 2020 los Bears hicieron dos movimientos: declinaron ejercer la opción del quinto año de Mitch Trubisky y materializaron un traspaso por Nick Foles, QB que había firmado el gran contrato con los Jaguars tras su exitoso paso por los Eagles.
El tiempo de Nick Foles no fue mucho mejor (récord de 2-5). Tras lesionarse la cadera, Trubisky regresó a la titularidad y tuvo un tramo final de temporada notable, metiendo el equipo a los playoffs. Por momentos, sí pareció ese QB que sueñan en Chicago. A pesar de ello, la directiva permitió que el QB se fuera como agente libre; más tarde intentaron –en vano– hacer un traspaso por Russell Wilson y, finalmente, se hicieron con los servicios por un solo año, a cambio de diez millones de dólares, del veterano Andy Dalton
Su llegada a los Bills
Tras su buen hacer hacia el final de la temporada 2020, se podía pensar que Mitch Trubisky generaría cierto interés en la agencia libre; a fin de cuentas, seguía siendo una segunda elección absoluta del Draft, algo que hemos visto que a muchísimos QB les sirve para mantenerse vigentes: ser primera ronda para un pasador es un status que garantiza empleos.
Así fue como Trubisky, el mismo día que se anunciaba el fichaje de Andy Dalton, firmó por los Buffalo Bills, equipo donde juega Josh Allen, incontestable QB titular y motivo por el que sus opciones de jugar solamente se reducen a hacerlo en garbage time. Entonces, el QB declaró que quería reiniciar su carrera y por una cantidad más bien modesta: dos millones de dólares de salario más un bonus de medio millón, poco más que el mínimo de un veterano.
Las razones para irse a Buffalo pueden reducirse a una: aprender el puesto bajo la tutela de Brian Daboll, el OC de Buffalo, y Ken Dorsey, el entrenador de la posición. Ambos son los artífices y principales valedores de Josh Allen, un QB que, en su primer año, demostró ser un verdadero portento físico, brazo enorme y buen corredor, pero muy tosco y poco pulido como pasador, con porcentajes de conversión impropios de un pasador moderno, con unas mecánicas poco pulidas y mal trabajadas, así como una toma de decisiones más que cuestionable.
Después de tres años de duro trabajo, infinitas horas fuera de temporada y muchas repeticiones con entrenadores específicos, Allen se ha convertido en uno de los QB más prometedores y excitantes de la liga. Que mejor prueba existe que su reciente renovación que lo hace el quarterback mejor pagado tras Patrick Mahomes en un nuevo contrato récord.
Así, la decisión de Mitchell Trubisky parece clara: prefería ganar menos dinero y renunciar a jugar a cambio de trabajar con el mismo equipo que ha hecho de Josh Allen un candidato al MVP. Y de momento, por lo poco que pudimos ver en Chicago el pasado sábado en el segundo juego de la Pretemporada NFL 2021, parece haber acertado plenamente:Trubisky dio una lección en Soldier Field –y sobre todo ante Matt Nagy– de como debe jugar un QB en 2021.
¿Qué le depara el futuro a Mitch Trubisky?
Es poco probable que veamos jugar mucho más a Mitch Trubisky este año, solo queda un partido más de pretemporada y en Temporada Regular sus intervenciones serán muy puntuales. Pero su caso es el enésimo de un QB que necesita salir de la franquicia que lo eligió para encontrar su sitio para desarrollarse y poder evolucionar.
Trubisky merece, sin duda, otra oportunidad. Nunca me pareció tan malo como lo han vendido y como lo han tratado en Chicago. Su “pecado” no es para nada culpa suya: haber sido elegido donde fue seleccionado, y lo que ello lleva aparejado.
Hace poco hemos vivido el caso de Ryan Tannehill, los Miami Dolphins, un equipo necesitado como nadie de un QB que fue impaciente y traspasó a su ex primera ronda, solo para ver cómo triunfa –y de qué manera– en los Tennessee Titans, equipo que a su vez se cansó de esperar a Marcus Mariota (igualmente, una segunda selección absoluta en su momento). Es muy probable que Mitch Trubisky, cuando en 2022 sea de nuevo agente libre, y tras un año de aprendizaje en Buffalo, sea un QB que genere mucho más interés, encuentre quien crea realmente en él y desarrolle el potencial que se le suponía.
¿Qué opinas de este QB y lo que le espera el resto de su carrera? Nos leemos en los comentarios bajo esta columna y en nuestras redes sociales.
Comments (4)
Jorge Higuera
Muy deacuerdo con el artículo, buen análisis de el fenómeno que ha tenido que vivir Trubisky. Un QB que sin duda se le ha visto el interés por mejorar, un QB que fue seleccionado en una ronda impropia y que ha tenido que lidiar con el peso de ser escogido antes que mahomes, Jackson y creo que watson también…al chico lo seleccionaron con una lápida muy pesada.
Sin duda merece una 2da oportunidad y le deseo lo mejor, no creo que sea tan malo como la prensa en general, incluyendo este medio, lo han rotulado. Tiene momentos de lucidez bastante notables…requiere formación y continuidad.
César
Yo creo que Trubisky fue menospreciado y mal manejado en Chicago y claro que tiene un gran potencial que podrá demostrar más adelante para sacar todo su potencial y para tristeza de los osos que cometen errores terribles al dejar ir jugadores talentosos y quedarse con jugadores mediocres que aparte de todo les cuestan un dineral, por poner un ejemplo con el incompetente de Jay cutler
César Hdez
Naaaaa! No te la compro mi estimado. Así han habido infinidades de Qbs. Eso a través de décadas de Fútbol. Es cierto que debes estar en el momento correcto y en el lugar correcto pero Tannenhill demostró el año pasado hasta donde puede llegar (Nick Foles otro ejemplo). Así que este Trubiski no es más que un “capricho” de Muchos, Muchísimos “pésimos” GERENTES que No NO No funcionan en la NFL. Ustedes columnistas critican siempre a los jugadores y entrenadores pero nunca critican a los Gerentes que son lo que RECLUTAN. Aquí esta el claro ejemplo, Nagy nunca quiso a Trubisky y vean como Andy Reid lo dejaron trabajar y así “trabajando” sus selecciones colegiales se llevó a Pat. Allí está ese terco de Al Davis que por creerse “dotado” nunca reclutó ni buen Coach ni Buenos Jugadores en posiciones valiosas. Este Trubiski es uno más “DEL MONTÓN”