¿Está dejando Bill Belichick de tener las respuestas?
Esta semana 6 de la Temporada NFL 2020, una de las sorpresas fue la derrota de los Patriots por 12-18 frente a los Broncos. Un juego malo, muy malo, bastó para encender las alertas en New England para cuestionar el trabajo y decisiones de Bill Belichick. El hecho de que sea la primera temporada sin Tom Brady en el roster tras 19 años al mando de la ofensiva lo pone al coach bajo los reflectores, y cada situación negativa que se presente se magnificará.
Hoy los Patriots están 2-3, récord perdedor en octubre, que no tenían desde 2002, y es obvio que para los catastrofistas se trata de una señal de alarma. Si tú eres de esos, te pido calma. En la NFL no es cualquier cosa el cambio de un quarterback en el equipo y es un tema mayor si se trata de un jugador de élite como Tom Brady.
El “Plan de sucesión”
Si hay que señalar un error sobre Belichick fue la falta de prevención ante el posible retiro de Brady y no haber tenido listo a quien lo remplazaría. Este año fue evidente que se improvisó. Tarde se dieron cuenta de que Jarrett Stidham no era un quarterback listo para ser titular y que Brian Hoyer no es el futuro de una franquicia.
Belichick tuvo que recurrir a la Agencia Libre para reforzar en ese momento la posición, contratando a Cam Newton, quien resultó el titular para sorpresa de pocos. Muchas dudas surgieron alrededor de Cam en los Pats, como su estado físico y su capacidad para guiar una ofensiva acostumbrada a otro estilo de juego. Llegó la semana 1 y nos mostraron una ofensiva adaptada al estilo de Newton y aprovecharon sus capacidades para ser efectivos. La semana 2 fueron aún mejores en este lado del balón, ayudando al equipo en el último cuarto a regresar y quedarse a una jugada de ganar.
Todo iba bien, hasta que…
En la semana 3 dominaron por completo a un equipo que, si bien ha sido irregular, tiene la capacidad de ganar a quien sea, como lo demostraron los Raiders ante los Chiefs. Y bueno, en la semana 4 muchos nos sorprendimos y hasta nos admiramos de la forma en la que Bill Belichick se preparó para un juego en el que lucían como las víctimas pero que limitó por mucho tiempo a la ofensiva de Kansas City. Por cierto, tuvo que jugarse sin Cam Newton, quien resultó contagiado por COVID-19.
Llegó la semana 5, en la que debían enfrentar a los Broncos, pero el juego se tuvo que pasar para la semana 6 por el brote de contagios en donde también resultó positivo Stephon Gilmore. Durante este lapso las instalaciones de los Patriots fueron cerradas y no tuvieron entrenamientos hasta que el brote fuese controlado. Es un año atípico, estas cuestiones se pueden suscitar para cualquier equipo y las afectaciones pueden ser distintas.
Previo a jugar en casa ante Denver, solo pudieron entrenar un día y aunque los Titans tuvieron una situación similar, los jugadores afectados no fueron elementos clave. La incertidumbre de los contagiados en el equipo se mantuvo hasta el viernes previo a jugarse debido a que el centro James Ferentz resultó positivo, lo que originó una nueva cancelación del entrenamiento.
Hoy sigue siendo una incógnita la forma en la que el virus afecta el organismo y entiendo que puede ser variable. Es probable que el estado físico se vea afectado y por ende te saque de ritmo a pesar de que sean atletas.
La realidad
Y bueno, llegó el domingo y el resultado fue totalmente inesperado. Los Broncos son un equipo mermado por las lesiones e incluso viajaron a Foxborough sin Melvin Gordon para enfrentar a los Patriots y lo hicieron con la etiqueta de víctima. Sabemos que Belichick ha sido dominante en su carrera enfrentando a equipos con quarterbacks jóvenes, pero no sucedió así. Drew Lock terminó con la victoria pese a que su ofensiva no consiguió anotaciones de seis puntos y se convirtió en el QB más joven en ganar en el Gillette Stadium y apenas el segundo en ganar en New England lanzando múltiples intercepciones.
La realidad es que la ofensiva de New England fue exhibida, mostrando poca capacidad de respuesta y con nulo talento que pudiera ayudar al equipo con una jugada grande. La defensiva de Denver los controló, generó los errores del rival y pudo presionar a Cam pese a ser una de las debilidades de esta unidad. Tampoco la estrategia pudo ser la respuesta, pese a recurrir a jugadas desesperadas como la utilización de Julian Edelman para lanzar el balón.
Conclusión:
Calma. Entiendo el punto, pero no es momento para dejar de creer en Bill Belichick. Estoy seguro de que este entrenador tendrá la oportunidad de analizar los errores y buscará la forma de evitarlos y me queda claro que la concentración ante la situación que vivieron previo al duelo contra los Broncos no fue la óptima, incluso la preparación física. Vamos a ser pacientes con un equipo que debe adaptarse a la vida sin Brady y, pese a que no espero grandes cosas para los Pats este año, tampoco espero que sean tan malos como lo que vimos el pasado domingo.
Una vez más, calma. Las respuestas las encontrará Bill Belichick.