Kellen Moore, de ‘chico maravilla’ a dirigir el ataque del equipo de América
La llegada a la NFL: un camino lleno de obstáculos
Aunque todo indicaba que su éxito en Boise State lo llevaría a ser elegido en el Draft de 2012, muchos scouts dudaron de él por su relativa baja estatura (1.83 metros) y un brazo, en teoría, no del todo fuerte, que lo hicieron terminar sin ser seleccionado en aquel evento que tuvo a Andrew Luck, Robert Griffin III y Trent Richardson como los primeros tres picks. Sin embargo, firmaría con los Detroit Lions como agente libre y suplente de Dan Orlovsky. Tras varias idas y vueltas, algún viaje a Waivers y una nueva firma por dos años con Detroit sin jugar un solo snap, fue cortado en 2015 para ser tomado por los Dallas Cowboys, lo que terminaría siendo la única bendición para Kellen Moore en sus días de NFL.
A Dallas llegó, en principio, para ocupar un lugar en el equipo de prácticas, pero una lesión de Tony Romo generó que lo subieran al roster principal para ser el suplente de Brandon Weeden. En diciembre de 2015, enfrentando a los Jets, a tres años, once meses y 25 días de haber disputado su último partido del colegial, Moore tuvo sus primeros snaps en la mejor liga del mundo, aunque es de suponer que no le quedaron buenos recuerdos de ese día. Ingresó en lugar de Matt Cassell y, en tan sólo su segundo intento de pase, fue interceptado. En el siguiente drive conectó con Dez Bryant su primer pase de TD, pero más adelante partido lanzó dos INT más, incluyendo una en zona de anotación. Los dos juegos restantes de esa campaña, en la que los Cowboys ya estaban virtualmente eliminados de playoffs, arrancó como titular, pasó para 621 yardas, completó el 55% de sus envíos y cerró con 3 TD y 3 INT.
Lo que vendría luego para Moore no sería placentero, dado que las lesiones jugaron en contra y terminaron atentando contra una carrera profesional que había arrancado mal. Durante el training camp de 2016 sufrió fractura de la fíbula (el hueso que va paralelo a la tibia) de su pierna derecha, y fue a la lista de lesionados. En 2017, ya recuperado, volvería a vivir las idas y vueltas contractuales como en Detroit, aunque en esta ocasión terminaría siendo recontratado para el practice squad de los de Arlington.
Un nuevo y necesario comienzo en Texas
Cansado de su inestabilidad como quarterback de la NFL, las lesiones y un modo de vida que ya no lo satisfacía como cuando su nombre era sinónimo de futura estrella y rankeaba siempre en las posiciones más altas de las listas de prospectos universitarios, Kellen Moore decidió retirarse en 2018. En seis años en la liga (uno se lo perdió entero por lesión) jugó apenas tres partidos, dos de ellos como titular.
Sin embargo, todo lo malo que vivió en carne propia terminaría, sirviéndole para su nueva meta: ser entrenador, tal como lo fue su padre, Tom, quien supo darle cuatro títulos estatales a la escuela de Prosser, Washington. En los Cowboys, franquicia en la que siempre valoraron su gran visión del juego, forjó relaciones con sus coaches y, tras la partida de Wade Wilson, Moore fue elegido para ocupar el rol vacante de entrenador de quarterbacks. Durante ese 2018 Dallas logró un récord de 10-6 y superó a Seattle en el juego de Wild Card, aunque terminaría siendo eliminado por los Rams en la ronda divisional. De todas maneras, su manejo de la nueva cara del equipo, Dak Prescott, le dio confianza a Jason Garrett para promoverlo, el pasado enero, al puesto de coordinador ofensivo, cuando Scott Linehan dejó la franquicia.
Prescott, quien llegó como rookie desde Mississippi State en 2016 y se adueñaría del puesto de QB titular debido a las lesiones de Tony Romo y el mismo Moore, dijo estas palabras sobre su excompañero y ahora coordinador: “Kellen es un genio detrás de escena. No creo que tenga el reconocimiento suficiente por hacer lo que hace, ayudándome a mí y a nuestro ataque. Es un coordinador con una mente muy especial y por eso fue que insistí para que él fuese el entrenador de pasadores en su momento. Sé lo inteligente que es y todo lo creativo que puede ser. Es uno de los jóvenes fenómenos que hay en este deporte”.
¿Cómo atacan Moore y su ofensiva?
Con uno de los corredores más dominantes de toda la NFL en Ezekiel Elliott, Kellen Moore sabe que aprovecharlo y estableciendo el juego terrestre le suele abrir el play-action a Prescott y su juego aéreo, lo que puede resultar en mayores ganancias de yardas.
En cuanto a las formaciones más empleadas, según el sitio Sharp Football Stats, los Cowboys salen en personal 11 (1 RB, 1 TE y 3 WR) en el 68% de los snaps jugados. La segunda opción más frecuente es, con el 18%, incluir un segundo TE para formar el personal 12, un paquete más pesado que puede servir en beneficio de la carrera, con un bloqueador más en la caja, o despistar y que éste se abra como posible receptor.
Con Prescott negociando con el dueño Jerry Jones un nuevo y jugoso contrato, este año será crucial para que las negociaciones se decanten para uno u otro lado. Y todo entra en juego. Es más, si el plan de ataque que propone Kellen Moore llegase a hacer que Dak logre brillar de aquí al final de la temporada, quién dice que hasta quizás el ex Mississippi State no le invite alguna lujosa cena a su hoy coordinador ofensivo.
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Comments (1)
Oswaldo
Que buena historia. La NFL ES sin duda la Liga mas comepetida, son muy pocas las oportunidades que se dan, y si no las aprovechas al máximo te undes…increíble pero muy común que un joven con tan buenos números y prospecto en la NCAA, no llegue a nada en la NFL…los Scouts juegan un papel muy relevante para el futuro de estos jóvenes, trascendental yo diría, marcando la aprobación o desaprobación.
En este particular, el chico corrió con suerte de tener una mente privilegiada y además contar con el respaldo de QBs de peso…pero es 1 caso en 1000…