¿Cómo construyó Les Snead a los Rams?
Los Rams están de regreso en el Super Bowl, y en estos momentos sus fans deben sentirse aliviados después del oscurantismo vivido por la franquicia en el nuevo milenio, terrible hasta el arribo de Les Snead, quien le ha dado vuelta a la realidad del equipo para convertirse en uno de los pilares del equipo de Los Angeles.
Los quarterbacks venden boletos, las defensas ganan partidos y los pateadores deciden campeonatos, ustedes elijan el orden. Como sea la premisa, siempre le damos crédito a los jugadores, coaches e incluso a los dueños –por no meterse o meterse lo suficiente– en el camino de sus equipos, sin embargo pocas veces volteamos a ver a los directivos o a los gerentes generales que toman las decisiones estratégicas. Les Snead puso de nuevo a los Rams en el mapa y es momento de hacerle honor a Snead y recordar cómo hizo un equipo de Super Bowl.
“Buen chico, trabajador. Él era un jugador pequeño pero determinado que amaba Auburn, amaba el football”. “No jugaba mucho pero era bastante agradecido, cualquier ocasión en que tuviera oportunidad de entrar al partido, su mamá venia despues del juego, me abrazaba y agradecía por darle la oportunidad”. Estas fueron palabras de Rodney Garner quien fuera coach de Les Sned en la Universidad de Auburn, donde se desempeñaba como tight end suplente.
Rodney Garner fue determinante en el camino de Les Snead, pues le ofreció su primer trabajo en el football como becario. Aquel trabajo en Auburn duró de 1993 a 1994 y su compromiso con el juego le abrió las puertas de la NFL con un equipo de expansión: los Jacksonville Jaguars.
Bajo la tutela del head coach Tom Coughlin, Snead aprendió de la famosa disciplina de Coughlin y su metódica atención a los pequeños detalles. Snead cuenta que la fijación del coach era tal que alguna vez estuvo tentado a pedir que cancelaran un concierto de U2 para que la banda, combinada con las expectativas de lluvia, no dejara en malas condiciones el campo de los Jaguars (te estoy hablando a ti, Estadio Azteca).
Después de tres temporadas con los Jaguars (1995-1997), Snead fue contratado por los Atlanta Falcons como Pro Scout, ahí permaneció de 1998 a 2011 ascendiendo a Director de Personal. Su buen ojo con las selecciones de Draft y el gran proyecto que se armó en Atlanta alrededor de Matt Ryan finalmente le dio a Snead la oportunidad de su vida como General Manager de los Rams en 2012.
Pero no todo fue miel sobre hojuelas. Los Rams se habían convertido en una de las franquicias más tristes de la NFL hasta ese punto, con un récord de 65-80 de 2007 a 2011. Con la llegada de Snead, era momento de revertir la situación reconstruyendo la franquicia, y para ello contrató al perfecto estabilizador, Jeff Fisher. Es verdad, hoy en dia todos nos podemos burlar de Fisher y de cómo de la noche a la mañana los Rams se convirtieron en un equipo contendiente sin él, pero pocos entrenadores en la liga han sido tan estables en sus proyectos como Fisher y, sobre todo, pocos enseñan buenos fundamentos a sus jugadores.
Con Fisher los Rams tuvieron marca de 31-45-1, para nada los resultados esperados, pero los números de la franquicia mejoraron drásticamente, sobre todo si tomamos en cuenta el fiasco que resultó Sam Bradford para la organización y la falta de un quarterback respetable. El trabajo de Snead sin duda estuvo en peligro, pues tampoco reclutó tan bien como se esperaba al principio, pero acertó con jugadores muy importantes como Michael Brockers, Aaron Donald , Lamarcus Joyner, Todd Gurley y el mismo Jared Goff.
Fisher prioriza el juego terrestre pero peca de unidimensional. La directiva de Snead se dio cuenta de que necesitaba un head coach joven que estuviera en el mismo canal que su nuevo quarterback franquicia y para ello voltearon a ver al joven Sean McVay, quien había hecho un estupendo trabajo en Washington con Kirk Cousins y que, con 30 años de edad, podría entender y comunicarse a la perfección con Jared Goff. Todo esto mientras el equipo consolidaba la mudanza de St. Louis a Los Angeles en 2016.
Estando bajo la lupa en 2017, Snead no podía darse el lujo de otro año mediocre, por lo que echó toda la carne al asador y se hizo de los servicios de McVay, Matt LeFleur y un veterano de mil batallas y revalorado coordinador defensivo como Wade Phillips. Snead y McVay de inmediato se entendieron: dos mentes jóvenes al frente del barco y que en su primer Draft dieron resultados inmediatos con jugadores como Gerald Everett, Cooper Kupp, John Johnson lll, Josh Reynolds y Samson Ebukam.
Les Snead (derecha) en la presentación de Sean McVay (al centro) como coach de los L.A. Rams.
A estos jóvenes se sumaron veteranos como Robert Woods, Sammy Watkins, John Sullivan y Andrew Whitworth y los resultados se notaron de inmediato. Jared Goff demostró por qué fue la primera selección global y Todd Gurley volvió a explotar, los Rams dejaron atrás el oscurantismo ofensivo de Jeff Fisher para pasar al renacimiento de la mano de Sean McVay. El equipo terminó cayendo antes de lo esperado en la Ronda Divisional de 2018 en casa frente a los Falcons pero de inmediato adquirieron la etiqueta de “Super Bowl or Bust”.
Snead estaba a salvo en su puesto pero quería aprovechar la inercia adquirida y una vez más tiró la casa por la ventana, el objetivo era claro: el Super Bowl LIII. Para ello se hizo de los servicios de Sam Shields, Ramik Wilson y el controvertido Ndamukung Suh para reforzar la mejor línea defensiva de la liga. Los Rams no renovaron a Sammy Watkins y en su lugar tuvieron un blockbuster trade con los Patriots por Brandin Cooks, adquirieron a Marcus Peters en intercambio con los Chiefs y a otro veterano campeón como Aqib Talib. De repente los Rams se convirtieron en un Dream Team, un experimento que no siempre ha dado buenos resultados, y la etiqueta de “Super Bowl o fracaso“ sonaba más fuerte que nunca.
Y en 2018, los Rams respondieron a las expectativas. Quizá su defensa no fue tan dominante como Snead hubiera esperado sin embargo el equipo fue un gran espectáculo toda la temporada: último equipo en perder el invicto con 8-0, terminaron con la segunda mejor marca en su conferencia y liga, y fueron la segunda mejor ofensiva en yardas y puntos. Los Playoffs los terminaron resolviendo pese a los errores arbitrales, los Rams jamás se achicaron, la juventud no les pesó y se comportaron a la altura de las circunstancias ante todo rival, de local o de visita.
Les Snead y los Rams están a un paso de ganarlo todo, aquél joven que sólo soñaba con jugar football pese a no ser el más habilidoso, terminó siendo alguien importante en el máximo nivel. Sus ganas de aportar y su disciplina lo tienen a sesenta minutos de grabar su nombre en letras de oro en Los Angeles. Pero quizá lo más impresionante es que este proyecto está lejos de terminar; la buena gestión de Snead, la genialidad de McVay y el talento de Goff podrían ser las bases para imitar a su rival el próximo domingo y convertirse en la próxima dinastía de la NFL.