5 observaciones del triunfo de los Packers vs Vikings
El más reciente capítulo de esta rivalidad, no tan publicitada como algunas ni tan añeja como otras, tuvo de todo: dos estrellas de regreso en “modo leyenda”, dos desconocidos haciendo el partido de sus carreras y un intercambio de jugadas grandes hasta que costosos errores mentales y turnovers cargaron el juego hacia un bando.
El resultado fue un entretenido 38-25 a favor de Green Bay, que elimina a Minnesota y envía al equipo de Mike McCarthy a Detroit para definir al campeón de la NFC North. A continuación el análisis del triunfo de los Packers vs Vikings.
1.- Del creador de “R-E-L-A-X” presentamos “Run the table”
Aaron Rodgers lo está volviendo a hacer. En 2014 tras un pésimo inicio de campaña mandó un mensaje a los fans a través de la radio: “R-E-L-A-X”, después de lo cual terminó la temporada como MVP. Ahora, hace justamente un mes y tras una derrota en Washington que puso al Pack 4-6 en el tercer lugar divisional, lanzó una declaración que ni los más optimistas fans creían posible: “I feel like we can run the table”.
Traducido al español, Rodgers sentía realmente que los Packers podían terminar invictos el resto de la temporada, ganando cada uno de los siguientes seis juegos. Está a una semana de respaldar sus palabras y llegará a esa prueba ante los Detroit Lions tras ofrecer su mejor actuación del año con 347 yardas por aire, 5 TD (cuatro por pase y uno de él mismo por tierra), QB rating de 136.6 y habiendo completado envíos con ocho receptores distintos ante la tercera mejor defensiva de la liga. Se dio el lujo de ser sustituido por Brett Hundley a 4 minutos del final con el marcador 38-19.
No hay duda, Aaron Rodgers está de regreso en “modo leyenda”, de lleno en la conversación para MVP, liderando a la liga con 40 touchdowns y probablemente en el Top-5 de pases completos y yardas, además de ser de los diez QB con menos intercepciones hasta el momento. Así que cuando Rodgers quiera volver a imitar a Joe Namath con sus pronósticos inverosímiles, más vale que el resto de la liga lo tome en serio, aún si no lo logra al final.
2.- Same Ol’ Jordy… y compañía
Su actuación confirmó que la cirugía de rodilla y los temores quedaron atrás. A sus 31 años de edad, Jordy Nelson se apunta como candidato a Regreso del Año; con 9 atrapadas para 154 yardas y 2 TD destrozó a los Vikings a todos los niveles: por lo profundo, desde el Slot, con la jugada grande o con la atrapada corta para mover las cadenas. Su primer touchdown del juego se convirtió en el número 58 que produce el dúo Rodgers-Nelson (líderes históricos de la franquicia) y el número 62 de este receptor, a tres de empatar al tercer lugar de Sterling Sharpe en Green Bay. Por cierto, también es líder actual de la NFL con 14 recepciones de TD.
No sólo Nelson, también otro playmaker está llegando a su mejor nivel cuando más importa. El LB Clay Matthews tuvo su mejor actuación del año con 3 tackleadas, 3 golpes al QB, 2 pases desviados y un crucial Strip-Sack que regresó el balón a Green Bay para aumentar la ventaja a 28-13 al final del primer medio.
Ahora, mucho ojo con Geronimo Allison. Este receptor novato está cubriendo el hueco que dejó Ty Montgomery al pasar al backfield. Con 4 atrapadas para 66 yardas parece más seguro de manos y con mayor fortaleza mental que Davante Adams, aunque no tan rápido ni espectacular como éste.
3.- Nadie quiere enfrentar a los Packers en este momento
Las fortalezas y debilidades de los Packers son imposibles de asegurar o prever semana a semana. Este es un equipo totalmente impredecible y dependiente de las circunstancias, mismas que los hundieron a mitad de la temporada y ahora hacen de ellos uno de los equipos que nadie quiere enfrentar.
El ataque aéreo entrega números de Madden por dos cuartos y se seca en algunos periodos. El ataque terrestre una semana no existe, otra semana lo lidera el QB, otra se conforma con agentes libres que cortan la siguiente semana para terminar activando a receptor por emergencia y les empieza a funcionar. La defensa una semana carga al equipo al hombro y la siguiente regala el juego de su carrera al WR contrario en turno. La secundaria no conseguía turnovers ni por error y de pronto llegan en racimos. Cada una de las líneas de los Packers cuenta la misma historia de inconsistencias y puntos brillantes esta temporada.
Haciendo el esfuerzo y a riesgo de fallar en ocho días, podemos describir a los Packers como un equipo que vive y muere bajo el estado en que se encuentre Aaron Rodgers; ahora mismo con la motivación a tope, con un ataque aéreo como seña de identidad, una defensiva joven y muy golpeada que va a permitir muchas jugadas grandes y por sí sola puede perder el juego, pero si se adueña de un par de jugadas clave va a cambiar el resultado. Esta combinación es muy peligrosa en caso de Playoffs y podría tirar a más de un favorito en el camino.Por lo pronto para llegar ahí tienen que pasar por la aduana de Detroit con Matt Stafford en lo que pinta para un juegazo.
4.- La derrota de Vikings empezó por lo mental
El marcador final muestra muchos puntos combinados, en lo físico el resultado fue más parejo de lo que indica el tablero y de hecho los Vikings dominaron la segunda mitad en las estadísticas y sobre el terreno, pero los errores en momentos cruciales enterraron sus esperanzas.
En el segundo cuarto, con el marcador 14-3 para Packers, los Vikings llegaron a la yarda 32 de Green Bay. El pase de Bradford fue atrapado para 10 yardas pero un castigo por rudeza innecesaria los regresó a la yarda 37. Aún así alcanzaron la yarda 12 de Packers pero en 3ª y 6 vino otro castigo por retraso de juego, que se volvió 3ª y 11 bien defendida por Green Bay y así el ataque de Minnesota salió con 3 puntos en vez de 6.
A partir de ahí nunca volvieron a tener el juego al alcance, principalmente por los turnovers que cometieron en el segundo cuarto: un fumble del center Nick Easton recuperado por Kenny Clark y el strip-sack de Clay Matthews se transformaron en dos touchdowns más para los Packers. En el tercer cuarto un holding de T.J. Clemmings sobre el mismo Matthews mató otra serie ofensiva que pudo ser clave. No fue precisamente un concierto de errores, pero esos pocos costaron el partido para los Vikings, y todos empezaron por lo mental.
5.- No hay que precipitarse al juzgar la temporada de los Vikings
En la Semana 2 mencioné en este post que los Vikings iban a sufrir en el aspecto disciplinario pero que en general iban por muy buen camino y con el mejor HC de su división. Hoy, eliminados de Playoffs y a pesar del colapso que sufrieron desde la Semana 7 aún pienso así, aunque Mike McCarthy se esfuerza por cerrarme la boca. Sin embargo no hay que precipitarse y marcar la temporada de Minnesota como un fracaso.
Es cierto que el movimiento que hicieron por Bradford fue apostar todo para ganar en grande este año, pero la ausencia de Adrian Peterson y el nulo ataque terrestre (a excepción de Matt Asiata en terreno corto) volvieron a los Vikings un equipo predecible. La defensa sigue siendo grandiosa, aunque dejó de producir turnovers y finalmente se desfondó hace dos semanas, pero regresará fuerte el siguiente año.
Sam Bradford no va a ganar ningún MVP pero ante Green Bay demostró que puede pasar para más de 300 yardas por juego sin problema. Adam Thielen emergió como una nueva arma aérea para los púrpuras y logró el juego de su vida (12 atrapadas, 202 yardas y 2 TD). Minnesota tiene severos problemas en la línea ofensiva –se arregla con coacheo y un Draft decente-, no tiene un RB dominante –hay que decidir qué pasará con Peterson- y necesita un mejor pateador –nada del otro mundo-, pero en suma son pocas áreas que requieren atención. Estoy convencido de que Mike Zimmer va a traer una mejor y más consistente versión de los Vikings en 2017.