43 años, 43 momentos de Candlestick Park. (Parte 1)
Nota del editor: El jueves 24 de septiembre de 2015 se convirtió en una fecha importante para el archivo de la NFL, ya que ese día se completó la destrucción del Candlestick Park -otrora hogar de los San Francisco 49ers-, que se inició el 4 de febrero pasado. Enrique Siu (@EnriqueSiu) te comparte la siguiente presentación con la que se honra póstumamente al ahora desaparecido recinto.
Con el derrumbe de la “Escalera Hacia La Nada” -el último remanente que quedaba-, se ha dado por concluida oficialmente la demolición de Candlestick Park, a casi dos años de que albergara su último partido de NFL. Y si creo que se tardaron más de siete meses desde que empezaron a destruirlo fue para permitirme, el hacer este ejercicio combinado de memoria, revisión y sensibilidad, con el fin de compartir todos esas instancias que lo hicieron uno de los contextos icónicos en la historia de la Liga, después de funcionar por 43 años como casa de los San Francisco 49ers, porque los años que albergó a los Oakland Raiders fueron sinceramente intrascendentes. Por lo que Joe Montana, Jerry Rice, Bill Walsh, Steve Young y otra pléyade de personajes son llamados una vez más a escena, si tan sólo porque aun cuando es más que válido el volver a despedirlo, lo que mayormente procede es recordarlo.
Así que para la posteridad, aquí se los dejo:
LOS 43 MOMENTOS DE CANDLESTICK PARK
(43-30)
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43) El comienzo retador – 10 de Octubre de 1971
Apoyados en un acarreo de 64 yardas para touchdown de Larry Smith en el último cuarto, Los Angeles Rams retomaron una ventaja que ya no soltarían más en el día, y con la que concretaron una victoria de 20-13 sobre los San Francisco 49ers para inaugurarles la casa. Extendiéndose así un claro desafío a los de la Bahía en el arranque, consistente en demostrar que a la larga, no sería necesariamente cómo empezasen su historia en el Candlestick Park, sino cómo la terminasen lo que realmente importaría. Y que como ya se estarán dando cuenta, eso mismo es lo que revisaremos a continuación.
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42) El primer Monday Night Game en Candlestick – 6 de Diciembre de 1971
Cuando se puso a funcionar el alumbrado del Candlestick Park -en el marco de un juego que involucrara a los 49ers-, se tuvo como indiscutible protagonista, al que para muchos es el mejor equipo que han tenido los Kansas City Chiefs en su historia. Y los de Missouri bien que hicieron gala de su talento, al venir de atrás para llevarse por pizarra de 26-17, el encuentro disputado por estos dos eventuales campeones divisionales del año 1971. En donde irónicamente serían los derrotados Niners, los que llegarían más lejos en la temporada.
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41) El desafortunado salto a la fama de Preston Riley – 23 de Diciembre de 1972
¿Se acuerdan de Brandon Bostick? ¿Aquél que falló en acorralar la patada corta al final del tiempo regular del Juego de Campeonato de la NFC de 2014, y que permitió el regreso de los Seahawks para arrebatarles el pase al Super Bowl XLIX a los Packers? Pues poco más de 42 años atrás, cierto receptor de los 49ers supo qué se siente pasar por eso, con el doloroso agregado de que a pesar de haber sido el líder en atrapadas de los Niners en ese día, su desliz fue vital para que su equipo malograra la oportunidad de finalmente ganarle a los Cowboys en playoffs, después de haber sido eliminados por ellos los dos años anteriores. Razón por la cual, sinceramente me alegro de que en aquel entonces, se hayan concentrado en achacarle más mérito a Roger Staubach (con base en la desventaja de 18 puntos que levantó) que culpa a Riley, por lo que sería la prolongación de esa hegemonía vaquera. Pero aún más, de que todavía no existieran las redes sociales.
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40) La Presentación Oficial del Genio – 9 de Septiembre de 1979
A primera vista, un día poco meritorio para recordar. Semana 2 de la temporada 1979. El QB de San Francisco era Steve DeBerg. Los del Oeste de la NFC perdieron 21-13 ante los Dallas Cowboys, y cayeron a 0-2 en el año. Pero basta con que diga que éste fue el primer juego como head coach de Bill Walsh en la Bahía, para que los aficionados de los 49ers aprueben con entusiasmo la inclusión de la efeméride.
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39) El encuentro -mas no choque- de 2 mundos – 7 de Diciembre de 1980
Pregunta retórica: ¿Saben cuándo resulta de lo más normal que, aun tras participar en un partido en el que se fija el récord de la remontada más grande en temporada regular (28 puntos), las reputaciones tanto del QB vencedor (un novato) como la del derrotado (un respetado veterano) queden intactas, como si de verdad no hubiera pasado nada?
Respuesta: Pues sólo cuando coinciden en tiempo y espacio una estrella (Joe Montana), y un estrellado (Sin Suerte Archie Manning).
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38) Chuck Noll dice: “Yo también juego” – 14 de Octubre de 1984
Con los representantes de Pittsburgh atravesando un inevitable momento de transición, y con los de San Francisco en pleno proceso de refinación, el juego dominical de la jornada 7 de 1984 en Candlestick Park entre los invictos 49ers (6-0) y los mediocres Steelers (3-3), se vislumbraba en lo general sólo como un peldaño más, que los Niners pisarían en su escalada rumbo a la cima de NFL.
Pero el que no lo pensó así fue el venerable Chuck Noll. Que preparado con un sesudo plan de juego consistente en reducir las posesiones contrarias por medio de priorizar su propio ataque terrestre, hizo tambalear mortalmente a una escuadra para la que el ritmo ofensivo no sólo era importante, sino que, innegablemente, era su clave al éxito. Aun siendo Mark Malone el que le comandara su barco.
Eso le bastó a los de Pennsylvania para salir de la Bahía con un triunfo de 20-17 bajo el brazo -y con la futura distinción de haber sido el único equipo que derrotara a los Niners en ese año. Y que viéndolo ahora desde el retrovisor, nos reafirma que el que una vez fuera asistente de Don Shula no le pedía nada en cuanto a talento al genial Bill Walsh. Porque con el suyo le alcanzaba.
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37) La venganza sabe mejor…si proviene del Refrigerador – 6 de Enero de 1985 / 13 de Octubre de 1985
ATENCIÓN:
1er. Acto:
Intuyendo que los Chicago Bears tienen madera de contendiente a largo plazo, Bill Walsh decide darles algo extra para pensar en el juego de Campeonato de la NFC de 1984, al mandar a su liniero estrella, Guy McIntyre, a bloquear como fullback en el triunfo de 23-0 de los 49ers. Ganando más adelante el trofeo Lombardi de esa campaña.
2do. Acto:
Los Bears reclutan en la primera ronda del Draft de 1985 a William Perry; a quien desde que jugaba en la Universidad de Clemson le apodaban “El Refrigerador”, y a quien Mike Ditka pronto visualiza para usar en su juego terrestre.
3er. Acto:
En su siguiente encuentro contra los Niners –otra vez en San Francisco-, dentro de la semana 6 de la temporada de 1985, Mike Ditka utiliza al Refrigerador para acarrear el balón, con el fin de poner el punto de exclamación a una victoria de 26-10 de los Bears, que ganarían más adelante el trofeo Lombardi de esa campaña.
¿Cómo se llamó la obra?
El círculo de la vida.
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36) El despunte de Jerry Rice…que me hace pensar si no es un Hombre Lobo – 9 de Diciembre de 1985
Hasta la 13va. semana de su temporada de debut con los 49ers, el producto de la Universidad Estatal del Valle de Mississippi iba respondiendo modestamente (28 atrapadas, 493 yardas y 2 TD’s) a las expectativas californianas. Pero nada más bastó que lo soltaran en este lunes bajo la luna (10 recepciones para 241 yardas y un TD) contra Los Angeles Rams, para que mostrara su verdadera naturaleza de aquí en adelante por lo que terminaría pareciendo una eternidad. ¿Ven a lo que me refiero?
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35) Roger Craig inaugura el Club 1000/1000 – 22 de Diciembre de 1985
Nada más que felicidad fue lo que envolvió a los 49ers en primera instancia, y a Roger Craig por partida doble, en lo que sería el desenlace de la temporada de 1985. Porque aún siendo el amarrar un nuevo boleto a postemporada lo que se mantenía como objetivo primordial a conquistar en ese día, la ventana de la oportunidad se abrió para que de manera orgánica, y a la par de lograr un esfuerzo colectivo ganador, el corredor de San Francisco se convirtiera en el primer hombre en sobrepasar la barrera de las 1,000 yardas tanto por carrera como por recepción en la misma campaña. Fundando de esta manera una exclusivísima sociedad, a la que sólo otra persona ha tenido derecho a entrar (Marshall Faulk de los S.L. Rams, en 1999) en casi 3 décadas. Cierto es que a Craig bien le puede seguir pesando en nuevas aspiraciones de ingresar al Salón de la Fama, de que los votantes no lo bajen de ser más que una consecuencia del maravilloso sistema ofensivo de Bill Walsh -y a lo mejor tienen razón. Pero nadie le va a quitar esto.
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34) La Bavaridad – 1 de Diciembre de 1986
Una de las jugadas más simbólicas en la historia de los N.Y. Giants –cortesía de Mark Bavaro– es afortunadamente una de las más didácticas, ya que nos ilustra cómo es que los caminos que llevan a ganar el Super Bowl varían notablemente de equipo en equipo. Porque en algunos recorridos, lo que se te pide es remontar un déficit de 17-0 en la casa de uno de tus mayores retadores en un Lunes por la noche, en virtud de echarte el equipo al hombro. Aunque no sea necesariamente el tuyo.
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33) El día negro de Bill Walsh y el brillante de Anthony Carter – 9 de Enero de 1988
Nadie se salva de tener un día malo; ni por estar en tu casa (Candlestick Park), ni aun cuando seas considerado como uno de los mejores de tu profesión. Pero en el caso de Bill Walsh, el domingo que se disputó el juego Divisional de la NFC correspondiente a la temporada de 1987 no representaría uno malo, sino decididamente el peor. En mayor medida, por el estándar que él había fijado. Ya que si de suyo fue nefasto el acontecimiento de que los 49ers perdieran su primer juego de playoff como local bajo su mandato, el hecho de que cayeran ante unos Minnesota Vikings que apenas si les alcanzó para meterse a post-temporada, y que apenas la semana previa habían dado señales de peligrosidad tras vencer a los New Orleans Saints en el estado de Luisiana, era lo verdaderamente ignominioso. Porque el no poder lidiar con los Vikings -con todo y que venían encarrilados- a pesar de contar con un equipo con la mejor defensiva, la mejor ofensiva, y el mejor récord de la Liga (13-2) de ese año, sólo representaría la falta de preparación que hubo rumbo a este duelo, y que, viniendo eso de parte de alguien como Walsh, resultaba no sólo inconcebible sino imperdonable. Y que tuvo su repercusión resonante, al retirársele el título de Presidente del equipo después del juego.
Por otro lado, todos tenemos derecho a tener un día bueno, y ese fue el caso para el WR de los Vikings, Anthony Carter, quien implantaría ese fin de semana el entonces récord de yardas conseguidas por recepción en un juego de post-temporada con 227. Y si preguntan por qué a Carter le concedo un espacio más reducido que a Walsh en esta sección, es porque lo de Walsh fue más trascendental, ya que hasta como anécdota queda que la controversia Joe Montana-Steve Young surgió este día, al ingresar el zurdo a este partido en el afán de Walsh de salvar cara -y que como ya vimos, no logró. Y lo de Carter, bueno, fueron sus 15 minutos de fama.
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32) Mi reino por un acarreo así – 30 de Octubre de 1988
Es lo que ha de haber pensado Steve Young, mientras era presa de un ataque de desconsolada envidia. Porque consciente como estaba de que a los 49ers sí que les había calado hondo el haber caído ante los Minnesota Vikings en los playoffs de la temporada anterior, el hecho de ver a El Rey maximizar la oportunidad -que le daba la ausencia de Joe Montana– de redimir al equipo en este juego de la semana 9, y que a él le era negada, sólo pudo haberlo enviado a una espiral de resignación. Sin importarle, obviamente, ese maravilloso despliegue colectivo de intuición, inteligencia, habilidad y valentía por parte de la botarga, en camino a un triunfo por marcad… ¿Cómo? ¿Que sólo se trata de un montaje de Burger King? ¿Que en realidad sí fue Steve Young el del acarreo con el que los Niners ganaron 24-21? Bueno, no hay problema. Entonces el único envidioso aquí soy yo.
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31) El día que Bill Walsh se creyó tonto; y que resultó ser una bendición para los Niners – 21 de Noviembre de 1988
Los 49ers utilizarían esta noche particular que compartieron con los Redskins en la semana 12 para enfilarse hacia su tercer campeonato, a razón de experimentar cambios trascendentales que empezaron por su mismo entrenador. ¿No me creen? Por favor lean esto que escribió el propio Genio:
“En 1988, mi último año como entrenador de los San Francisco 49ers, jugamos un partido a finales de Noviembre contra los Washington Redskins. Los Redskins eran los Campeones Defensores pero, como nosotros, estaban con marca de 6-5 y luchando. Nuestra victoria de 37-21 no es tanto lo que recuerdo sobre ese día. Es lo que pasó después del juego lo que recuerdo vivamente.
Caminé a través del campo para apretar la mano del entrenador de Washington Joe Gibbs, por quien tenía tremendo respeto. Y le dije: ‘Gran juego, Joe. Dios, fue como si dos campeones destronados estuvieran batallando en el ring ahí afuera.’
Me miró fijamente a los ojos. ‘¡Ni madres que estamos destronados!’, dijo.
Bueno. Qué tonto soy, pensé.
Y seré honesto: Joe me inspiró.”
Se los dije.
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30) El Tricampeonato Frustrado I: A los Giants no les hace falta ver más Box – 20 de Enero de 1991
Después de haber perdido una apretada decisión dividida ante los 49ers -por pizarra de 7-3- apenas el pasado 3 de Diciembre de 1990, los N.Y. Giants tenían un remordimiento muy grande. Y ese era, el no haber asestado los suficientes golpes de poder para inclinar de su lado la balanza, en lo que terminó siendo un durísimo enfrentamiento nocturno protagonizado por los 2 mejores equipos de la Liga (con marca de 10-1 cada uno). Pero si había algo digno de rescatar para los neoyorquinos de entre los residuos, era el hecho, de que a pesar del descalabro, la confianza salía no minada sino fortalecida del vestuario, por haber aguantado firmemente el paso de los bicampeones defensores a lo largo de 60 minutos de ardua batalla en su vecindario. Y eso les dejaba con muchas ganas de seguir peleando. Por ello, cuando el destino les concedió una pronta revancha, los Giants no se amedrentaron de que, tras los primeros 45 minutos de acción del juego de Campeonato de la NFC de esa temporada, se encontraran en la misma situación –un déficit de 4 puntos- que la vez pasada; porque ese terreno ya lo habían pisado. Lo que procedía entonces era conectar poderosamente, y tras retirar del partido a Joe Montana, ejecutar un engaño exitosísimo en equipos especiales, y robarle el balón a Roger Craig cuando se encontraban contra las cuerdas, los Giants se ubicaron en posición de atizar un golpe definitivo. Que al ser ejecutado por Matt Bahr con el reloj marcando 0:00, no sólo destruiría los sueños del primer tricampeonato de la Liga, sino que confirmaría esa noción, aceptada universalmente, de que los que merecen ser campeones son los que se mantienen de pie…el tiempo que sea necesario.